martes, 24 de octubre de 2023

Se fuga la isla
Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora es el fuego sometido
Ahora es la carne, la hoja, la piedra
perdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilización
que purifica la caída de la noche
Ahora la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
Alejandra Pizarnic



-¿De modo que eras tu?


Llevo días intentando averiguar porqué aparecen unas pequeños pies dentro mis huellas, deshago el camino una y mil veces, y no veo a nadie, me estaba agobiando.

-Perdona por robar tus huellas. Pero me gustan tus itinerarios inesperados por la orilla, dar saltitos cuando aceleras, pararme exactamente donde se juntan tus pies, mirar lo que miras según la dirección, sentir lo que sientes cuando una ola te moja.

-Podías habérmelo dicho, no tengo inconveniente en que me acompañes.

-Ni hablar, no es lo mismo, me gusta meterme en tu intimidad, prefiero saltar al mismo tiempo que tú, imaginar cuando esquivaste esa ola para no mojarte los pies, andar a pequeños pasos cuando tus pensamientos te absorben, es como meterme en tu cabeza, sentir y ver por tus grandes pies.

-¿Y que haces cuando me siento en la gran duna?

-Espero escondida y luego replico tus gestos cuando te vas, me siento en el huecograbado de tu espalda, aún caliente, hundo las manos en la arena y dejo que los granitos se escurran entre mis dedos y hago montañitas sobre mis muslos desnudos como haces tú, me gustan esas caricias de la arena aún caliente .....


-Calla, no sigas hablando, acércate.

viernes, 20 de octubre de 2023

Mientras me miraba a los ojos y sonreía me entregó un paquete de ropa perfectamente doblada que olía a limpio, una chaqueta oscura una camisa blanca una corbata y unos pantalones con raya, te irá bien mi padre tiene mas o menos tu complexión.


- Te espero a las 8, pasa por casa a recogerme.



Me probé el traje me quedaba algo grande, había conocido a María,  hacía unas 2 semanas y habíamos quedado en acudir a una fiesta de Carnaval que se celebraba en la carpa que habían montado en un pueblecito cercano al suyo, yo no tenía disfraz y estaba allí por trabajo por lo que se ofreció a conseguirme uno, luego me enteré que era el traje de boda de su padre.


A las 8, estaba puntual en la puerta de su casa, ella iba con un maillot de ballet blanco con el tutu correspondiente que se lo pegaba sobre las piernas que largas y sinuosas escondido tras un abrigo 'tres cuartos' de tela gruesa y de color azul oscuro, hay que decir que hacía bastante frío para aquella indumentaria.


Al comprar el tiquet de entrada se podía coger una botella de champagne bien fría, cogimos una. 

María radiante como siempre, mujer de pelo rizado rojo, sus ojos grandes y preguntones, labios rojos anchos y carnosos resaltaban con su tez blanca, invadida por las pecas, el labio superior era ligeramente mas grueso que el inferior, ese exotismo me fascinaba, una mujer delgada pero con curvas y muy alta, siempre le decía que parecía un 'Kasperle' y eso la enfurecía, entre cerrando los ojos y apretando los labios, en una de sus muecas preferidas.


Estaba totalmente loco por esa chica, la música en lata dejó paso a una 'charanga', al empezar el baile le cogí por primera vez las manos y ella apretó mis dedos, había dejado el abrigo en el coche y por lo tanto de vez en cuando se abrazaba para recibir un poco de calor, a medida que la fiesta avanzaba, el baile se fue volviendo mas intenso y al final acabamos dando pasos acelerando por los laterales como si fuéramos a despegar por la pista que se nos quedaba pequeña.





Los efectos del champagne, la música y la química existente, la gente alrededor fue desapareciendo en un efecto de desenfoque paulatino, solo quedaba aquella cara tan exótica que me miraba intensamente, esta vez sin sonrisas, en un momento perdido cuando llevábamos una hora dando vueltas, abrazándonos y dando la 'nota', me abrazó fuerte y dijo:

- T'estimo

- Yo también te quiero, desde el primer día que te vi.


Y nos dimos un beso en la boca, el primero de muchos, por fin esa boca se acercó a mi cara, saborear aquellos labios llenos de champagne me llevó a otro mundo, pedimos otra botella y seguimos bailando, María no tiene unos pechos grandes, pero son perfectamente redondos, como dos semiesferas, con unos pezones muy oscuros, en una esquina ya fuera del recinto estiré suavemente hacia abajo de su escote elástico y los acaricié, tan suavemente que no tenía muy claro si los había tocado, primero uno y luego el otro, dio un respingo y me miró esta vez mas intensamente, pero no hizo nada para rebelarse, al contrario, me abrazó con fuerza y cada vez que rozaba su pezón me correspondía con pequeños e irracionales espasmos.

Pasamos horas en el coche, charlando apaciblemente, viendo amanecer y con leves caricias y besos, hasta que decidimos volver.

No se porqué esta escena se quedó grabada en mi mente, quizás porqué no se bailar y ella tampoco, nunca mas fuimos a un baile de pueblo, yo creo que quizás dejamos muy alto el listón aquel día......



viernes, 3 de marzo de 2023

¿Abrir los ojos a la dura realidad o no?, 

El caso es que primero pensaba que era homosexual, al que no le interesaban las mujeres por no captar los mensajes subliminales que le estaba dejando caer constantemente, y su extraña conversación al margen del ligoteo característico pero como en definitiva a ella también le encantaban los hombres, ya tenían algo en común, aparte de otras muchas afinidades que no detallaremos aquí, al pasar por una tienda de muebles, bastó una mirada para que inmediatamente adoptara el personaje de pareja, interesados en comprar un colchón de alta gama, entrando en el juego sin dudarlo un instante, ya habían conectado como siempre tchic, tchic, una vez dentro de la exposición de colchones, Guillermo no tardó en captar un interés especial y enseguida, los dirigió a la exposición con los colchones de mas lujo, soportes de grandes calidades con materiales sofisticados y altos precios, que probaron con gran interés e interesantes preguntas, varios grados de dureza y rebotes de los muelles, por lo que el atento comercial con una maliciosa sonrisa dibujada en su rostro, afirmó que los muelles ofrecen una utilidad muy notable para 'facilidad para levantarse de la cama', apresurandose a puntualizar', ampliando la sonrisa al ver las risas que provocó, y diversos movimientos de caderas un tanto evocadores de escenas de sexo pero tanto probar colchones, ponerse de lado , boca arriba, boca abajo, hubo un momento en el que inevitablemente se encontraron cara a cara y prácticamente su cuerpo se entrelazó sin querer, pudo notar su aliento y su incomodidad pues con el roce notó la dureza y el tamaño de su polla, claramente dura y excitada, bajo su pantalón por encima de su falda, ella ya estaba totalmente desatada.

-Ahora ponte así y fingiremos que follemos.

Lo dijo riendo pero sin querer subió un poco la voz, Guillermo con un sonrisa permanente hacía ver que ordenaba unos papeles a lo lejos pero sin perder detalle.

-Ahora probamos al de viscoelástica, ¿verdad que parece que no rebota?

Pidió un presupuesto con una sonrisa permanente, la boca y los ojos semi-cerrados. 

Días mas tarde le invitó a su piso, al llegar unos marmolistas hacían su trabajo con un ruido infernal y un gatito negro de ojos amarillos, se deslizó sigilosamente entre las sombras.

-Mira esa es mi cama. ¿Quieres ver la diferencia verdad?

Se estiraron con ese catre, cara a cara y continuaron hablando despreocupados, pero en el transcurso de la larga charla le bajó los pantalones y le acarició suavemente la polla con el dorso de la mano, como quien no quiere la cosa, el efecto no se hizo esperar, le atrapó con su gran mano su falda por el cinturón y en un golpe, en movimiento fulgurante e inexplicable, le bajó la falda al mismo tiempo que sus bragas de color azul cielo, también atrapadas por sus dedos, juntas como empujadas por la suavidad del viento, pero aterrizando suavemente a los pies de la cama.

Esta fogosidad hizo que cerrara los ojos instintivamente, al abrirlos no podía dar crédito a lo que veían, como un universo de estrellas multicolores, que se encendían y apagaban al ritmo de sus embates, le parecía como si una canoa con remeros acompasados, fuese metiéndose por su interior, navegando para el mar de fluidos que no sabía como se le escapaba entre las piernas, mientras veía luces y parpadeos, ese espacio coloreado de estrellas que explotaban, dejando unas colas de colores que se le estaban quedando en la retina, estaba teniendo el polvo de su vida, de repente las luces aumentaron su intensidad y todo se volvió de luz intensa, esto debía ser que por fin había visto "la luz", había llegado el fin de su vida, hasta que esta luz también explotó dejando múltiples y delicados cristales, y una humareda grisácea que lo envolvía todo, la cama se estaba quemando.

---ooo0ooo---

-Es el tercer holter que estropea este mes, nos vemos obligados a suspenderle su estancia en esta mutua.

Fue testigo de estas palabras, antes de que le despidieran del hospital donde presentó los restos del aparato y su malla totalmente chamuscada, vio cómo quedaba con cara compungida, saliendo muy triste, aquel hombre arrítmico se había quedado sin las visitas de su cardiólogo favorito, pero ella había tenido el polvo de su vida y no pensaba abandonarlo, aunque quizás el colchón con muelles podía esperar a comprar en primer lugar un buen extintor.




domingo, 28 de agosto de 2022

            

Desconocida

Por la noche en aquel tren, rumbo a París,
frente a frente en compartimento, sin hablarte
solo mirándote a los ojos bajo la manta.
-Luego me arrepentí.

En Granada, en un destartalado bar
luces teñidas de rojo y los dos algo bebidos,
y tú ni me miraste.

En las Ramblas en Barcelona,
Embutida en un traje Adlib totalmente blanco, 
me pareciste mas diosa que mujer,
me inhibí y colapsé.

En Madrid, fascinado por tus ojos grises
Apoyada en la barra de aquel sitio siniestro,
mirando fijamente el fondo de tu copa
con tu melena negra alborotada.

En Córdoba tus ojos eran celestes 
me pediste fuego, no lo tenía 
y ya no te vi más,

En la entrada de un concierto 
del Último de la Fila en Barcelona
ataviada con una chupa de cuero,
al salir estabas rodeada de los cantantes
y de gente que reía entusiasmada.

En Madrid, muy de noche,
en andenes diferentes cada cual esperando su metro,
solo una mirada furtiva.

En Barcelona, de madrugada,
esperando nuestro autobús nocturno, 
sin dirigirte incluso, 
ni una frase cortés, 
podía haberte comentado,
acerca de lo fría y húmeda que estaba la noche.

En Salamanca, camino del hotel, 
por fin abriste la boca y me preguntaste,
por un lugar que desconocía 
y en un idioma muy extraño,

Vi que te alejabas lentamente, 
Maldije la vida y mi timidez.

Ahora innumerables veces, 
Te rescato de aquellos lugares,
te llevo a mi imaginación,
caminamos juntos sin saber donde vamos 
y mucho peor, 
sin saber que decirnos mientras allí nos dirigimos

Y sí, de pronto llamas a mi puerta confundida de piso,
me miras en un bar, 
te cruzas en mi camino, 
cada vez distinta pero siempre fugaz
ya no puedo guardar para mis recuerdos
aquella frase que no te dije,
las sonrisas que no me dedicaste,
solo me quedan tus ojos celestes.




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