lunes, 23 de diciembre de 2013

Cada vez que te leo y prometí que no lo haría, te imagino, el tiempo se detiene y me dice adiós con educación infinita entonces mis labios se resecan, se van transformando en un río en mitad del desierto, al que el sol acaba por secar por completo hasta dejarlo como un gigantesco hueco en un árido paisaje que el viento terminará por erosionar, soy como la tierra seca que queda agotada después de los cultivos y necesita la lluvia fresca. 

Mis ojos lanzan un anzuelo a ese mar que es el terreno que pisas, en el que tu eres el manjar que añoro, mi mirada queda anclada en tu cuerpo con las redes del eros intento retirarte de la inmensidad del océano, pero tú te me escapas y vuelves al profundo azul. Tus piernas van deformándose en cola de sirena que se arquea una y otra vez y provoca maremotos de confusión en mi cerebro.

Ahora estoy hipnotizado. 

 Me acaricias con tus guantes de seda pura, como tu manceba sangre de mujer enamoradiza, pero me doy cuenta de que no llevas en tus manos más que tu piel suave de flores del paraíso, acercas tu rostro al mío y noto que mi cuerpo se yuxtapone frente a un volcán en erupción, eres puro calor, mi sangre hierve al son del fuego lento que es el beso que me regalas. 

Un beso, me lo debías. 

Tus delicados labios ya sueñan sobre los míos. El suelo se quiebra y las paredes de la habitación estallan para transportarnos a un vacío de color blanco, todo blanco, donde tú y yo flotamos, vagando sin rumbo, y nos zambullimos en la infinidad de los siglos, perdiéndonos en el polvo sin fin de los milenios, diluyéndonos en la inmensidad de los millones y millones de años en los que nuestro amor perdurará. 

Perdurará para siempre. 

 Pues el tiempo contigo se ha detenido, ha parado, ya que ha derramado lágrimas de plata al ver que los sueños de un hombre enamorado se han hecho realidad. Pero el hombre enamorado no ha hecho más que soñar que estaba soñando, se despierta como tantas otras veces de su doble sueño, llorando desconsoladamente como dicta la malvada frustración que sufre. Tal vez un día tantee su pecho con la mano y descubrirá que su corazón ha implosionado en mil pedazos, en cada uno de los cuales ha quedado patente un pequeño fragmento, una leve impresión, una pequeña marca de aquél beso que un día, la mujer de sus sueños le regaló.

sábado, 14 de diciembre de 2013



No es posible mejorar con un texto las sensaciones que produce esta canción.
Letra, música y contraste de voces y por supuesto título.
¿Cuantas veces nuestro corazón angustiado ha hablado así a nuestra mente? 

domingo, 8 de diciembre de 2013

Introduje con cuidado la llave de latón dorado en la cerradura, entró con suavidad emitiendo un chasquido agradecido, un cuarto de vuelta y se desbloqueó el pestillo, resoplaba, había subido los escalones de dos en dos deseando llegar, el antiguo apartamento recién alquilado era una antigua y pequeña buhardilla forrada de madera con unas vigas enormes en el techo fuertemente inclinado. 

Me inundé del olor a rancia madera de roble que tanto me gustaba, a través del portón de la ventana se colaba la grisácea luz de luna que como un collar diamantes, rodeaba el cuello de los vetustos muebles en donde rebotaba, aspiré lentamente el aroma de la tranquilidad añeja y noté como una niebla vaporosa que salía a través de la puerta del baño y escuché unos leves chapoteos, al abrir la puerta me inundó una caliente y húmeda niebla espesa mientras el espejo no reflejaba mas que siluetas de algodones azulados ...  
.... Instintivamente dibujé un corazón con el índice y fui a la cocina a calentar un cubo con agua caliente en el hornillo.

En la bañera estaba ella, bueno mas bien se la adivinaba, semisumergida en el agua, solo se distinguía sus rizos dorados chorreando sobre sus pechos, las piernas cruzadas y los talones apoyados en el borde, sus mejillas estaban ardientes y su rostro aparentemente melancólico ..... 

Me quedé mirándola extasiado, dejándome llevar por la mezcla de perfumes que surgían de su piel impregnada de lavanda, su cabeza estaba apoyada en el borde, sin avisar le dejé caer suavemente el agua caliente por su espalda, al notar mi presencia se incorporó con suavidad, pude recrearme en sus hermosos pechos, redondos y turgentes, ahora estaban brillantes y sus pezones marrones emergían entre la espuma duros como astas de toro expuestos a mi vista en su totalidad. 

El tiempo entonces se detuvo, no recuerdo cuanto pasó hasta que me incliné sobre su barbilla, besé lentamente sus párpados mojados, sus mejillas y la comisura de sus labios, que se abrieron tan dulces como nunca los he sentido, acerqué un taburete por detrás y dije:

-¡Si, claro que si!
-Pero si aún no te he hecho la pregunta
-Pero la adivino, haces cara de querer que alguien te enjabone la espalda.

Por fin sonreíste y tus ojos se perdieron en el infinito en esa mirada que tanto me embobaba.

-¿Es una proposición?
-Si claro.

Me arremangué la camisa y empecé a buscar lentamente la dichosa esponja, le rozaba levemente el costado de tu cuerpo, espalda, bajo sus glúteos, al final estaba escondida entre sus muslos, intenté sacarla sin apenas rozarlos, mientras veía como mordía sus labios y le daban pequeños e imperceptibles temblores durante los cuales su espalda se arqueaba, a mi me temblaban las rodillas sobre aquel taburete cojo y se podía oír el traqueteo y las respiraciones profundas, sin saber que o quien las producía ....

Te encorvaste como un gato al revés y acerqué mi boca a tu oreja.

-Te aviso seriamente, lo vas a pasar mal ....
-Tu lo pasaras peor y lo sabes.... 

Te acariciaba la espalda solo con el peso propio de la esponja y el agua caliente que se escurría por sus poros, apenas podía notar por donde pasaba, dejando un reguero líquido en dibujos aleatorios, al final los pulgares estirados comenzaron a deslizarse por detrás, presionando y siguiendo sus vertebras una a una hasta llegar a su culo.
No dejé ni un milímetro de piel sin acariciar con el acompañamiento del sonido metálico del agua del agua contra las paredes de la bañera y desbordándose en parte por su borde, la espuma y las pompas del jabón ocultaban y mostraban las partes de su cuerpo y me quedé fascinado con la imagen de su piel emergente entre la espuma, y la suavidad de las caricias de sus hombros por detrás. 

- ¿Por que no te bañas conmigo? 
Su voz sonaba como a música entre los chapoteos.
- Lo estoy deseando desde hace mucho 

Mi voz sonó un tanto quebrada y ronca pero sonreí a pesar de la presión que sentía en aquel momento que me golpeaba las sienes.

Me desnudé lentamente y me introduje lentamente en el agua a su espalda, mi miembro bajó apoyado en su espalda como un pincel en línea recta, mis piernas se fueron agachando rozando sus costado y luego apretando sus caderas mientras traían a mi cerebro la consciencia de su cuerpo desnudo a mi merced, hinchando más y más mi verga que permanecía apretada al final de su espalda, al final mis piernas tocaron sus pies...
Tenía su cabeza en mi pecho, me gustaba ver como se movía con mi respiración profunda, sintiendo cada uno de mis latidos como un tambor, la rodee con mis brazos instintivamente. No pude evitar el impulso de tocarle los pechos cerré los ojos y deslice mi mano sobre sus tetas hasta su vientre, mientras tu me acariciabas a ciegas con tus manos detrás del cuerpo, recorriste mi pecho, mi abdomen y te encontraste con mi polla grande como nunca, caliente a pesar del agua, la serpiente venosa amaestrada que reaccionaba perfectamente a tus caricias ....

Te diste la vuelta inesperadamente y pudiste ver mi rostro desencajado y tremuloso como siempre había conseguido tu presencia.

-Eres absolutamente poderosa.....me haces temblar....(mientras temblaba como un niño).
-Eso es lo que quiero susurraste con la voz partida por el deseo

Te sonreí, y alargando la mano bajo el agua acaricié tus muslos redondos, me quedé en la parte superior rozando tu entrepierna, consciente del calor que generaba al acariciar tu coño, sentí repentinamente una tormenta eléctrica de deseo que me recorría desde la nuca hasta mi miembro,  acaricié tu cara, mientras te atraía hacia mi.


Tus labios se unieron a los míos otra vez y pude albergar tu lengua, deliciosa y resbaladiza en mi boca, otra vez la dichosa sensación de ingravidez y de tiempo detenido mientras era consciente de lo dulce de la batalla contra tus labios.

Soltamos gemidos silenciados, ahogados por el agua  y yo sentí como tus manos bombeaban mi tronco venoso, grité quedamente mientras lo acariciabas mientras movía los dedos llenos de agua y jabón sobre tus pezones de forma circular y lenta dejando que el liquido elemento se escurriera lentamente ....

- Uffffff.....no puedo olvidarte maldita .....Murmuraba, mientras lamía tu oreja. 
- Uffff, susurraste con esos gemidos entrecortados por el deseo que conocía tan bien 
- Dime que quieres ahora. 
- No hables cariño ahora quiero que estés dentro de mi.

Sin dejar de besarnos cerramos los ojos y con los movimientos del cuerpo a través del agua fuimos guiando mi falo totalmente erecto a la entrada de tu cueva caliente y mojada, notaba tu excitación por las convulsiones y eso me provocaba una descarga irracional de deseo, me moría por penetrarte con fuerza sobrehumana hasta que entró con rotundidad y pude sentirme dentro de tus entrañas.  

Fue una explosión dentro de tu cuerpo, la mitad del agua de la bañera estaba en el suelo y parecía que la luz de la estancia adquiría un brillo especial, un imán invisible me impedía separarme de ti, mientras los brillos fantasmagóricos de la luz de luna y el agua decoraban las paredes. Después de la parálisis del momento pude balbucear.....

-¿Sabes una cosa?
-Te quiero
-Yo mucho mas 

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