viernes, 9 de mayo de 2025

8:05 am: Un autobús lleno de desgraciados casuales, recorre la avenida principal, ajenos al extraño acontecimiento que en breve va a suceder.

Violet iba en su asiento, ataviada con el uniforme de Viajes Colón perfectamente planchado, mientras una idea simple le rondaba la cabeza, hoy le apetecía chupar una polla, era una revelación súbita, mística casi, al cepillarse los dientes tras el desayuno con su vecina que le contaba las maravillas de una excursión a Benidorm para la tercera edad, la mente de Violet solo podía pensar en felaciones y en que debía vender como mínimo dos viajes a Peñíscola este mes para cobrar comisión y pagar el alquiler.

Enfrente, un chico con cara de haber repetido curso tres veces, la miraba sin atreverse a mirarla, esquivando el cruce de miradas, era Daniel, trabajaba de mensajero y justo estaba transportando unos papeles para Viajes Colón, era cliente suyo sin saberlo, tenía marihuana en la mochila, unas cuantas multas sin pagar y una erección monumental, su mente estaba ocupada en un polvo antológico con Paloma en un parque que jamás olvidaría, ni el viejo que los pilló tampoco.

El conductor Sergio, pensaba en estrellar el autobús contra el ayuntamiento, no era casualidad, Sergio debía unas cuotas de un viaje a Túnez que nunca llegó a hacer por una huelga, con la agencia  'Viajes Colón'. Su odisea financiera lo tenía al borde del terrorismo vehicular.

Una señora bien peinada miraba al chico con ansia depredadora, era Carmen, agente de seguros, le había vendido un seguro de vida a un tal Román, que estaba sentado justo al fondo, deprimido, oliendo a soledad y a colonia barata. Carmen había sido clienta de Viajes Colón también, y odiaba esa agencia porque perdió unas vacaciones en Ibiza por culpa de la incompetencia de una tal Violet, pero ahora estaba ocupada mirando el paquete creciente del chaval empalmado, instintivamente se desabrochó 2 botones de su blusa, para que se le viera el sostén. 

Román, el viejo, pensaba en colgarse, había sido prestamista, entre sus antiguos clientes estaba Tomás, el tipo de 33 años que mascullaba su odio hacia su padre moribundo y los bancos. Tomás había intentado conseguir un crédito en la sucursal donde trabajaba Alberto, disfrazado hoy de vendedor ambulante. Alberto, ex director bancario, ahora evitaba acreedores bajo un sombrero ridículo.

Al fondo, Elena, madre frustrada, pensaba en cómo limpiarían ese autobús, estaba asqueroso, seguro que lo limpian con manguera pero aún quedan chicles de la ventana. Elena vendía cosméticos por catálogo. Su web la había diseñado Adrián, el friki que ahora imaginaba pollas que inflaban estómagos y elefantes vampiro. Adrián había comprado un paquete vacacional online a Viajes Colón para un crucero nudista que no se realizó por no llegar a un número mínimo de plazas.

Sentada junto a Adrián, Marisa, ejecutiva de ventas, rumiaba su odio hacia Paco, al que justificaba su ascenso por tener polla y no poderse quedar embarazado. Marisa había conseguido gracias a Viajes Colón cerrar un acuerdo de incentivos para empleados que jamás le concedieron.

Todos, sin excepción, habían sido clientes, proveedores, víctimas o verdugos de los otros. Todos conectados por la red invisible de negocios cutres, deudas, favores, polvos no confesados y traiciones baratas. Nadie lo sabía.

Cuando Violet se levantó, se acercó dándole la espalda a Daniel, rozándole sutilmente con sus glúteos, ella notó su polla dura apretada contra la falda, lo notó, el se puso ostensiblemente nervioso, le encantó la situación, es todo tan previsible… En su mente solo había un pequeño problema logístico:

"¿Dónde se la chupo? ¿En el asiento? ¿En el suelo? ¿Sobre el volante del conductor?". Sonrió y, sin volverse, acercó la cabeza a la suya y murmuró:

—¿Oye, me estás apuntando con una pistola o te alegras de verme?

—¿Ehhhh?

Era obvio que Daniel no sabía de citas cinematográfica ni literarias por lo que ella decidió ir mas al grano.

—Me llamo Violet. Hoy tenía que ir a un examen… pero prefiero otra cosa. ¿Te apetece dejarme chupar tu polla un ratito?

Lo que pasó después fue hermoso y patético.

Como Daniel estaba inmovilizado, Violet interpretó el silencio como confirmación, de modo que con un movimiento seco le bajó la cremallera de la bragueta, tras ese sonido seco, y la súbita aparición del miembro, se oyó un ¡Ohhhh! de admiración que salía de entre los pasajeros, tras el cual Carmen se tapó la boca abochornada, el conductor asustado clavó los frenos con una brutalidad casi artística, el chirrido de las ruedas reventó contra el asfalto, levantando un humo blanco que olía a goma quemada y desesperación, los cuerpos salieron despedidos, desparramándose por el pasillo como muñecos borrachos, bolsos, mochilas, sobres de cosméticos y un sombrero ridículo volaron por el aire, en medio de la confusión, algunos se sacaron las pollas, otras las agarraron con los dedos, iniciando masturbaciones grupales, es el fin del mundo repetían algunos, al final todos miran, todos participan  en cadena, el viejo Román, que ya no esperaba nada de la vida, sonreía feliz, comprendiendo todo, como si hubiera esperado ese momento durante 80 años. Los coches tras el autobús se apilaron en un atasco infinito, los conductores curiosos se acercaron, al ver la escena, furiosos, confusos o ambas opciones, se unieron sin saber muy bien a qué pero entraron en el autobús, como un imán que les atrapaba.  

La avenida entera se convirtió era un río de carne sudorosa y excitada, sirenas, contratos rotos, viajes a ninguna parte, pólizas caducadas, préstamos impagados, cosméticos derritiéndose, webs caídas, y cuerpos felices.

Un precioso lunes de orgía pública, quizás el mejor.

Porque, al final, todos queremos amor y felicidad.






2 Asuntos :

❦ Cléia Fialho ❦ dijo...

Essa narrativa é uma explosão de caos, desespero e humor negro, onde os personagens são retratados de forma crua e desconcertante, em um retrato da sociedade moderna marcada por desejos, frustrações e o vazio existencial.

Você consegue explorar a sexualidade de maneira explícita, mas também com uma crítica subjacente aos mecanismos que regem as relações humanas, como o trabalho, o consumismo e a busca constante por satisfação.
Há uma certa distorção do normal, onde o erotismo se mistura com uma situação de extremo desconforto e descontrole social, criando uma tensão entre o prazer e a degradação.

A crítica é profunda e a forma como as vidas de cada personagem se cruzam é um reflexo das conexões invisíveis que existem entre as pessoas, muitas vezes baseadas em interesses e impulsos.
O choque entre os comportamentos humanos mais básicos e a mecânica do cotidiano de trabalho e vida pessoal gera um cenário perturbador e, ao mesmo tempo, com uma ironia que parece chamar a atenção para as hipocrisias da sociedade.

A narrativa provoca, desconcerta e, por sua maneira de descrever o absurdo, faz o leitor refletir sobre a natureza dos relacionamentos e das convenções sociais.

ABRAÇOS

Manolo Blog dijo...

Vaya mezcla de emociones crudas y caos humano :-)

Violet ha desatado una avalancha de liberación colectiva, como si todos estuvieran esperando una excusa para dejar caer las máscaras... y sentir...