Dio un salto de alegría y me dijo sonriendo.

-¿Cuando empezamos?
-Mañana me va bien.

Una sonrisa iluminó su cara, le miré a la cara fijamente, su rostro denotaba felicidad, se alejó deprisa su andar escondía pequeños saltitos llenos de energía.
Por la tarde el zumbido del interfono a las seis de la tarde me sacó del ensimismamiento con un sobresalto.

-Es que no dijimos a que hora y quería encontrarte en casa.
-Venga a las siete de la mañana quedamos en 'Valentine'.

Se presentó un cuarto de hora antes con una pequeña bolsa y una mochila, agitó la mano y otra vez aquella sonrisa de felicidad.
Corría como un niño de parte a parte de la tienda, nerviosa tocándolo todo, 
-Me comprarás el '500' por favor, por favor es mas cara, pero es la que tiene mas pigmentos blancos. 

Mientras acariciaba en sus manos la suave lana de un rodillo, metimos todos los bártulos en el coche, miraba embobada con la naricilla pegada en la ventanilla.

-Esta es la habita.......

Me dejó con la palabra en la boca ya estaba con el torso desnudo y colocándose una camiseta  ceñida y totalmente blanca, su pelo sedoso estaba cubierto totalmente con un pañuelo, se lanzó al suelo con agilidad y empezó a protegerlo con periódicos y cinta de carrocero, me fascinaba su concentración, totalmente abstraída, parecía que visualizara el resultado final de su obra.... pero yo había desaparecido de la escena.