domingo, 21 de junio de 2015

Descomunal

Según figuraba en su agenda que seguía escrupulosamente, Albert preparó la cena, viandas exóticas y deliciosamente exquisitas otra habilidad mas, si hubiera sido algo espontáneo hasta le podría haber parecido tierno a Andrea, pero era otro paso cuidadosamente estudiado.
Era como la decepción de acercar a la boca una manzana reluciente y comprobar que el sabor no tiene nada que ver con lo que esperábamos.
Andrea se sentía parte de un plan prestablecido en el cuál ella iba a ser abducida por las virtudes de este aparentemente hombre ideal, pasó de una inicial sensación de odio por sentirse un objeto a una especie de curiosidad malsana.
Quería saber cómo iba a montárselo el ese chico tan perfecto, cómo aterrizaría de su pedestal para llevar a cabo acciones tan mundanas como tocarle el culo o las tetas, ¿tendría previsto llevar condón?, ¿sería capaz de hacerle un cunnilingus?
le resultaba curioso como podría pasar de la fase platónica (en la que era un experto) de una cita a lago tan íntimo y personal como el sexo.


De entrada colocó un 'Cd' con música tranquila (actual por supuesto) y apagó algunas luces de la estancia dejando que la luna participase de aquella velada.
De la mesa de la cena pasaron al sofá de los preliminares, era como una película de guión infame, pensó Andrea con esos actores de mirada vacía y de mandíbula cuadrada con actrices siliconadas y aparentemente atractivas. Esos contraluces y la mujer mirando al hombre como si su mirada vacía transmitiera algo ..... y el chico tocando a la mujer como si estuviera desactivando una bomba…


Andrea cerró los ojos, tenía que reconocer que el chico no besaba mal, excepto por su calculada delicadeza que en algunos momentos la hacía sentir besada por otra mujer ...

La tenía rodeada con los brazos, pero no había manera de que bajase ni subiese de la cintura.....

Andrea se cansó, de un salto se separó de él, se puso de pie y se quitó la ropa sin preocuparse por parecer sexy. Albert hizo lo mismo sentado en el sillón, por fin pensó que se lo follaría ahí mismo. Sería su primera aportación sincera al polvo-noviazgo, y probablemente la primera en general. Se levantó hacia los pantalones murmurando no se qué de los condones.

Andrea estaba excitada y completamente desnuda, impaciente por ver ya ese cipote, en su mente ya fantaseaba con una mamada, comenzar a sentir algo por fin con ese tío, hacer que reaccionara a su boca, recitaría poesía fonética con su polla en la boca si eso hacía que se le pusiera dura.

Albert tenía una polla descomunal que imponía respeto, grande y bien proporcionada, en reposo resultaba amenazante, pero ese día la tranca (nunca mejor dicho), no se le ponía dura.
Se toqueteaba e intentaba despertarla, pero no había manera. 

Después de aquella visión Andrea estaba muy excitada y acercó sus labios a milímetros, le suplicó que se la dejara besar, quería comérla pero Albert y su descomunal polla no querían saber nada de ayudas externas, su orgullo estaba cayendo en picado, todo su plan de seducción cuidadosamente estudiado, las citas previas, cenas, cines, conversaciones cuidadosamente elaboradas..... definitivo su sangre no se distribuía como él tenía planeado ese día y a esa hora.

Agenda de Albert:

7:00 Recoger a Andrea con el coche
7:15 Copas en el bar musical y conversación picante.
8:30 Cena en casa con vino Rioja Gran Reserva.
11:15 Poner música romántica, más conversación. 
11:20 Brindar con Champagne y baile en el salón
11:30 Desarrollar ambiente propicio
11:45 Beso en el cuello.
12:01 Polla dura.


Albert no había podido hacer cálculos con la naturaleza, pero las risas contenidas de Andrea no ayudaban, lo que al principio fue solo un escape nervioso, se convirtió en un ataque de risa, el momento más embarazoso en la vida de un hombre.

01;00: Nada de nada.

Albert se arrodilló lejos del sillón y se machacó el pene a base de bien, Andrea se tapaba la boca para que no se oyeran sus carcajadas pero no había manera.

01;30: Nanay de la China.


Se le escapaban las lágrimas, Albert lloraba de rabia por no poder controlar esa faceta de la vida, estar así superdotado, ser millonario, brillante en su trabajo, ingenioso en los diálogos.... pero al fin y al cabo fracasar, él agobiado y ella que pensaba en esto mismo no podía dejar de reír, reía convulsivamente por primea vez una polla flácida le estaba pareciendo una celebración de la vida. De la vida tal y como ella la entendía, este 'triunfador' que lo daba todo por hecho fracasando era un motivo tan bueno como cualquier otro.

Una polla gorda no servía de nada si no se alzaba para hacer su cometido. Lo divertido de la situación es que era algo inesperado, un giro de guión que nadie había planeado, algo natural, espontáneo, crudo.

Así que mientras el chico seguía tocándose sin conseguir nada, Andrea se comenzó a masturbar. Sabía que estaba siendo cruel y retorcida, pero no lo había planeado, se sentía como se sentía, y se dejó llevar de una forma real.

Llego al orgasmo y continuó. Cuanto más lloraba él, más fuerte se corría ella viéndolo.