El caso es que en realidad no hubo atraco, más bien un generoso regalo bancario, un hombre estaba esperando pacientemente su turno, una atractiva mujer con una minifalda que apenas tapaba sus muslos, acompañada de un joven fornido, su novio, se agachó de repente para coger unas monedas de tal forma que rozó con sus nalgas los pantalones de nuestro despistado personaje.
Al notar algo duro en su trasero se giró, mientras apoyaba más su trasero y sonriendo le repitió la famosa frase de Mae West:
-"¿Llevas una pistola en el bolsillo, o es que te alegras de verme?”
El caso es que quizás la frase se produjo en un momento de silencio y todos en la cola se giraron y pudieron comprobar el enorme bulto que surgía del pantalón, quizás por la vergüenza provocada por las indiscretas miradas, para no querer admitir aquella extraña e indebida erección, al hombre le dio por decir con voz tranquila:
-Una pistola
El pánico se extendió por la sucursal, los niños lloraban, los hombres se lanzaron al suelo, protegiendo a sus mujeres, estas defendían con su cuerpo a sus hijos mientras gritaban con voz chillona:
-¡¡ Una pistola !! ¡¡ Lleva una pistola Dios Mio !! ¡¡ Vamos a morir !! ¡¡ Rehenes, rehenes !!
Le hicieron pasar directamente a la ventanilla donde el empleado tembloroso, bajo las órdenes del director, le extendió unos fajos de billetes que le pusieron ordenadamente en una bolsa de plástico.
El hombre con aquella erección de caballo y la bolsa llena de billetes salió de la sucursal y no se supo nunca nada más de él.
-¿Estás tonto?
-Creo que si.
-¿Se puede saber porqué me despiertas a las tres de la madrugada?
-Porque en este momento no estabas soñando conmigo.
-No puedes saber eso, además despertarme no es la mejor forma de entrar en mis sueños.
-Si me estuvieras soñando no te pondrías así.
-Me has quitado las sábanas y te has puesto encima, supongo que también crees que puedes substituir el tacto del fino algodón sobre mi piel.
-Quería abrazarte y me molestaba tener tela entre nosotros.
-¿Y por que has puesto la manta eléctrica a la máxima temperatura? Me estaba ahogando.
-Me hubiera gustado que en nuestro sueño estuvieramos en una playa caribeña.
-Conclusión, que no solo quieres entrar a la fuerza en mis sueños en plan violación mental en toda regla sino que además eliges tú el escenario, esto es el colmo de la caradura.
Supongo que encima debo estar agradecida que no me hayas tirado un vaso de agua para simular las olas.
-Estuve tentado.
-¿Sabes? No es la forma correcta de entrar en los sueños ajenos, los sueños no se pueden forzar, se entra o sale de ellos suavemente con discreción y de común acuerdo.
-Yo quería soñar contigo pero ya que te tenía al lado, pensé que era mejor abrazarte que soñarte.
-Y por eso metes tu pierna entre las mías, me quitas las sábanas, mordisqueas mi cuello y pones la manta eléctrica a tope.
-Pensé que así podía entrar en tu mente, se supone que está desconectada.
-Bueno no has conseguido entrar en mis sueños pero ya que me has desvelado ¿Podrías follarme ahora?
En estos momentos ella se despertó sobresaltada en medio de la noche.
Todo estaba en orden pero tenía las sábanas entre los pies y extrañamente el termostato de la manta eléctrica se había activado, sudaba y ahora tenía un calor de mil demonios. El máldito caradura había conseguido entrar otra vez en sus sueños.....
Estaba bañándome totalmente desnudo en un lago, entre unos nenúfares de colores, de repente noté una opresión en los omoplatos y me sentí transportado hacia el cielo, estaba acostumbrado a saltar pero la distancia con el suelo equivalía a varios pisos de altura, al girarme comprobé que estaba asido por una especie de pinzas recubiertas de porcelana con una substancia brillante de color rojo intenso, un montruo horripilante con la boca pintada del mismo color, me estaba mirando atentamente...
Sus primeras palabras fueron
-¡Puajjjjj! ¡Pero que ascoooo!
Luego se puso a hablar solo en una especie de jerga en la que me pareció entender que yo le daba una repulsión terrible. ¿Por que me había cogido entonces?
Acercó su enorme boca, unos dientes perfectos blancos pero afilados se aproximaban, pude oler su aliento y ver su campanilla, comprendí lo que me iba a pasar y mi vida pasó en un segundo, como en una película mis refrescantes baños en el lago los días de verano, mis serenatas a la luz de la Luna, las fiestas con mis amigos, iba a ser comido.
Un poco tarde descubrí que esta especie de monstruos también era peligrosa para nosotros, el caso es que ya cerré los ojos me encomendé al Dios de la laguna el monstruo en lugar de tragarme colocó sus inmensos labios en los mios y me pasó la lengua babosa por toda mi cara, ahogó mi grito ¡Que ascooooo! creo que ha sido el peor momento de mi vida, estaba claro que no me iba a matar de golpe, me esperaba una muerte lenta a base de ser chupado como un caramelo por aquel largo y húmedo apéndice, seguramente extraerían toda mi substancia antes del fatídico momento.
Lo curioso del caso es que el monstruo empezó a gritarme con una voz chillona.
-Bueno ¿te conviertes o que?
Yo lo único que pude hacer es asentir con la cabeza y croar dulcemente diciendo:
-Ya va, ya va.
Entre beso y beso .
-Pero por todos los diablos ¿Que le has hecho a mi GPS?
-Bueno, lo he configurado, le he cambiado algunas 'cosillas' para hacerlo más ameno. Para empezar le puse una voz más sugerente y bajé su volumen.
-La voz me gusta, pero vamos a ver, eso de:
'Girar lentamente la rotonda hasta que se pueda distinguir perfectamente el peñón endurecido de su centro', rozando con las ruedas suavemente sus bordes y salga por la segunda salida buscando la otra rotonda mas cercana.... '
-Es que hay que estar seguro que la rotonda es la adecuada.
-Eso aún tendría un pase, pero luego dice:
'No pare de girar en la siguiente rotonda, cogiendo con la mano la anterior sin soltarla'.
'está llegando a su destino... ¡bájese la cremallera! y aparte lentamente los matorrales' .
-Bueno a veces los destinos están un poco confusos, no se sabe muy bien donde están.
-¡Ya! Supongo que por eso cuando llegas al destino dice:
'Felicidades ha llegado a su destino, de marcha atrás y vuelva a entrar en su destino con fuerza, tantas veces como sea necesario y no estacione su vehículo hasta que su destino esté contento de que usted haya llegado correctamente.
Una vez en el destino no se olvide de separar las manos de las rotondas y vaciar el contenido del vehículo en su lugar.'
-¡Venga déjate de remilgos me muero porque pruebes el GPS en mis carreteras!
¿Qué es la vida?Una ilusión, una sombra, una ficción,y el mayor bien es pequeño;que toda la vida es sueño,y los sueños, sueños son.Pedro Calderón de la Barca
Al lado de su cama tenía una libretita de anillas y un lápiz recién afilado, cada vez que se despertaba por la noche antes de hacer nada más intentaba recordar su sueño, ahí aparecía él, entonces encendía una lamparita y anotaba con una sonrisa todo lo que podía recordar mientras se ruborizaba al recrearse en algunas escenas de sus sueños oxidados.
Entre paréntesis iba añadiendo los detalles que le gustaría cambiar, las cenas bajo las estrellas en las que no podía distinguir los alimentos pero si la forma de bailar o los achuchones románticos y besos etéreos, intentándolos hacer más carnales, añadiendo sensualidad y quitando nebulosidad, poco a poco fue dibujándole las manos, sus ingles, la fortaleza de sus hombros, la forma de moverse, de andar, de atusarse el pelo, le enseñó a acariciarla como a ella le gustaba, dulce y de forma animal, las miradas, el color de los ojos, estatura ideal, tono de voz y la forma de hablar, añadiéndole las frases que deseaba oír, incluso los olores y sabores ficticios que podía desarrollar.
Antes de ir a dormir leía atentamente la libretita e intentaba que se cumplieran sus instrucciones al pié de la letra, poco a poco el hombre soñado empezó a tener un rostro perfilado, una sonrisa recordable y un cuerpo terriblemente acogedor del suyo.
Esta vez sonrió maliciosamente antes de sumirse en el sueño, en su bloc había anotado entre paréntesis:
(no olvidarse de pedirle el móvil)
Está vez atrapó su lápiz y su libretita entre los dedos y se abandonó a Morpheo. Esta vez durante el sueño sintió su piel casi perfectamente, se estremecía con sus roces, se acordó de pedirle el teléfono y él le susurró unos números al oído, intentó despertarse para anotarlos pero no pudo....... a la mañana siguiente se había olvidado, lloró desolada y estrelló la dichosa libreta contra la pared.
Gritó horrorizada
Al mirarse al espejo comprobó que durante el sueño, en su pecho desnudo figuraban 9 números escritos con una letra deliciosa con el carmín de sus labios.
Supongo que entenderéis que no publique lo que pasó al cabo de 9 meses ..... para evitar futuras invocaciones y malos entendidos ......
Para seguir esta historia recomiendo leer la primera parte
-Empujé la puerta de la caseta y la hice pasar, se sentó en la camilla de cuero negro
mirándome fijamente .........
-Tendrás ese beso, pero hay que esperar el final del día.
Al cabo de una hora de tensa espera, cogí una toalla de pelo largo, muy espesa, muy grande con una cruz roja en su centro, le tendí la otra mano y salimos de la caseta, dirigiéndonos hacia la orilla, noté que ella estaba sofocada por los pensamientos que invadían su mente,
Extendí la toalla sobre la arena, con una lentitud pasmosa, ella necesitaba despejarse de la excitación, que en esos momentos corría como un caballo desbocado por todo su cuerpo.
-Aún no me has besado y ya me estoy volviendo loca.
Entonces se produjo la conjunción de elementos, esa sensación tan relajante de los granitos de arena aún tibia, que se escurren entre los dedos descalzos con un agradable cosquilleo, los pies se escapan de la toalla gigante, y se hunden suavemente en el nacar molido, el suave sonido metálico de los gujarros chocando entre si, arrastrados por las olas que los devuelven a su lecho, olas que adormilan, retirándose y empujando para formar otra y otra, los latidos del acelerado corazón de ambos, el sol marchándose majestuoso por el ocaso y con él, los últimos bañistas perezosos.
Estábamos solos, ¡por fin!, sentados en aquella inmensa toalla, como si el espectáculo del mar, fuese exclusivo para nosotros dos, sentí su corazón al tocarle el hombro y sus labios carnosos
palpitaron levemente, con la mirada llena de misterio, la invité a meternos en el agua, me
siguió hipnotizada.
Nuestros ojos estaban mas cerca que nunca, dejamos que nuestros cuerpos dejaran de tocar
fondo y al compás de las perezosas olas nuestros cuerpos se atrajeron magnéticamente,
entonces ella por la excitación, desconectó su coordinación dejón de bracear y se hundió ligeramente, antes de subir a la superficie, mis labios se aplastaron contra los suyos, entre las dos lenguas y el salitre surgió una compenetración inmediata, notamos el agua entrar en los pulmones .... nos parecía pertenecer a ese líquido elemento.
No era desagradable, el mar nos acariciaba a los dos y ella a mi, me daba su aire y yo el mio, casi podíamos respirar bajo el agua. la compenetración era increible, abrí los ojos bajo el agua ella sonreía con sus cabellos mecidos lado a lado, con la armonía de las terminaciones de una medusa mecida por los caprichos de las corrientes .
Nuestros corazones compartían un solo latido, las lenguas se acariciaban disfrutando cada
una del nuevo sabor de la otra, saliva dulce y mar salado, así permanecimos durante varios minutos sintiendo el vacio y la ingravidez de las profundidades marinas...
El sol parecía explotar de color, antes de desvanecerse tintando todo el cielo, las gotas de agua en el pelo brillaban como si fuesen de plata, descomponiendose en mil tonos, esto hizo reventar de sabor nuestras bocas, las lenguas se acariciaban, encontrando nuevos matices y despertando todas las terminaciones nerviosas.
-Cabrón, ¿ahora quién va a superar este beso? Has arruinado mi vida definitivamente.
Salimos del agua y nos tendimos en la toalla mirando las estrellas que salían timidamente, solo recuerdo que antes de dormir, me besó el pecho con sus labios aún con restos de carmín.......aún ahora, me parece sentir su calor.
Al despertar, me encontré solo en la toalla, no podía admitir que ella estaba muerta, fue la única persona que no pude salvar, una obsesión que me atormenta, un sueño reincidente que me persigue, pero al incorporarme pude ver perfectamente el carmín de sus labios en mi pecho......
PD Este beso está rodado por especialistas, no se os ocurra probarlo, sin un socorrista... ;-)
beso, socorrista, carmin
Etiquetas: beso , mar , socorrista
Por fin encontré trabajo, 'Comprobador de blogs eróticos', los amables y respetables Sres. de Google me han contratado.
Mi trabajo es simple, comprobar el efecto erótico de un blog que así se autodefine, solo tengo que ponerme en contacto con él o la blogger, ir a su casa y comprobar 'in situ' que el contenido de su blog, ejerce esos maliciosos efectos.....
Etiquetas: inversa , psicología
Al colocar la llave en la cerradura, se acopló perfectamente, dos vueltas a la derecha, un chasquido y el carácteristico olor a madera la invadió por dentro, era una cabaña muy acogedora, unas vigas grandes de madera contrastaban con el techo bajo, muebles rústicos, chimenea con leña cuidadosamente apilada en su costado izquierdo.
Un hombre de mediana edad de complexión fuerte
corre desnudo y lleno de vendajes por los pasillos del hospital, parece desorientado, una gasa oculta parcialmente su cara, intenta encontrar la salida desesperadamente, el rostro muestra muecas de terror y sus gestos son descoordinados.
Detenido entre tres enfermeros no puede dar explicaciones coherentes, habla de sueños y realidades, se muestra terriblemente confuso, cada mañana se encuentra mas débil, cree que alguien le está quitando la vida y alguien la reparte entre quien mas la necesita.
En el informe policial, denuncia que en repetidas ocasiones se despierta con una eyaculación brutal en mitad de la noche, como si una fuerza le absorviese las entrañas, al abrir los ojos siempre encuentra a una enfermera cerca de él que se relame y atusa la bata, él busca disimuladamente su propio semen entre las sábanas pero están totalmente secas, la empleada que nunca es la misma sonríe y se va...
El enfermo con el que comparte la habitación muestra una cara de profunda decepción.
Se apartaba las sábanas dejando el miembro al descubierto, pero las enfermeras simplemente le tapaban de nuevo chasqueando la lengua y en cambio destapaban al de la cama contigua, se dedicaban por entero y con dedicación al cipote de su compañero de habitación, quizás debiera pagar algún tipo de complemento. El caso es que cada vez aparecía una enfermera nueva pero siempre hacía lo mismo que la anterior como si ya supiera de antemano lo que había que hacer.
Dejó de tomar sus medicamentos, se perfumaba constantemente, se hacía el dormido, empeoró su salud pero no se pensaba ir de aquella habitación hasta que las auxilares se fijaran en él.
Etiquetas: hospital
- Pero ¿Se puede saber que haces?
- Quiero invitarte a algo.
- ¿Invitarme? ¿Atropellarme en el baño y encerrarme aquí es una forma de invitarme? ¡Apártate por favor y déjame salir!.
- Soy un cliente asiduo a este local, no seas estúpida conmigo, solo quiero que te sientas bien.
- ¿Pero tu eres gilipollas? ¡Haz el favor de apartarte de la puerta!
Ella era la encargada de las barras de la terraza de una discoteca, su trabajo consistía en llevar el cambio, controlar el dinero de las cajas y formar los espectáculos de las 'gogos'. Normalmente la controlaba Alvaro, "mi guarda espaldas preferido" así le gustaba llamarle, un cuerpo fibroso de dos metros, cabeza afeitada, unas facciones muy duras y una siempre una sonrisa cómplice hacia ella, su sola presencia le daba seguridad en las largas noches.
Una de esas veladas, mientras él atendía una llamada por el auricular aprovechó la ocasión para ir al baño. Cuando se estaba lavando las manos un tío al que conocía de vista, cliente asiduo que solía dejar muchas consumiciones, tan enormemente grande como pesado después de negarle una y otra vez, noche trás noche, que no iba a ser suya nunca, con infinita paciencia y educación....
Se coló dentro del baño de las mujeres. Cuando se quiso dar cuenta se sintió levantada como una pluma por detrás, de malas maneras la había metido en uno de los habitáculos del baño.
- ¡Escucha ! Estate calladita si no quieres que me enfade contigo.
Bramó. Ella estaba furiosa, le miró a los ojos con cara de desprecio.
- Me importa un bledo que te enfades conmigo, déjame salir ahora mismo, tú y yo no tenemos nada que hablar y menos de esta forma.
-¡Que te calles de una puta vez!
De un salto se interpuso entre la puerta evitando que pudiera salir. El miedo empezó a invadirla, ahora furia y rabia se fundían en su interior. Debido a su larga experiencia en las relaciones con clientes desfasados, analizó rápidamente sus opciones, o forcejear como una loca e intentar salir (que sería imposible puesto que su complexión triplicaba la suya)... o mejor no enfurecerlo más y esperar una oportunidad. Mientras él sacó de su bolsillo trasero una cartera, de ella una bolsita blanca, cogió una tarjeta de plástico, colocó la cartera encima de la tapa del inodoro, abrió la pequeña bolsita y tomó una pequeña cantidad de unas piedrecitas blancas, con su tarjeta las fue deshaciendo hasta convertirlas en polvo, sonriendo maliciosamente levantó su mirada hacia ella.
Estaba terriblemente asustada mirando fijamente lo que hacía mientras la tenía empotrada contra la pared obstaculizando la puerta para que no pudiera irse.
Dibujó dos pequeñas rayas blancas en la cartera con el polvo obtenido. Se incorporó y pasó la tarjeta por la boca de ella, apartó la cara a destiempo pero un polvo blanco ya había impregnado sus labios, al humedecer sus labios con la lengua una amargura recorrió su garganta e hizo que su lengua perdiera su sensibilidad.
- Me gusta mucho tu lengua pequeña....
Le susurró al oído dejando el rastro de una peste a alcohol que tumbaba. Sacó de su pantalón un billete de 50 €... lo enrolló cuidadosamente.
-¡Toma, esnífa ! es muy buena.
- Ya sabes que no me drogo, no quiero.
- Alguna vez tendrás que probarlo... te gustará, no seas niña y esnífala.