domingo, 5 de junio de 2011

Visita Peligrosa

No se que pasó, sin darme apenas cuenta, el sol dio paso perezosamente a la invasión de la negrura, creo que bebí demasiado, los líquidos rayos de luna se cuelan tímidos entre las rendijas como agua en una cesta de mimbre, no hay mas sonido que mis pasos esquivando las sombras de mi propios pensamientos, todo da vueltas en mi alrededor inmediato. Las paredes de mi habitación se ponen en marcha y me divierte que se pongan a dar vueltas, pongo música para no ser fagocitado por este silencio e intento alcanzar las paredes con mis dedos.
Me parece despegar y alcanzar el techo, hasta que los golpes de unos nudillos contra el cristal me devuelven al suelo en suave aterrizaje, en el hueco de la puerta abierta, unas curvas de mujer envuelta en una oscura capa, detalles ocultos por el efecto del contraluz que provoca el claro de luna, un perfil que apenas puedo distinguir.

En aquel momento un destello grisáceo azulado me dejó ver unos labios rojos, inertes, tranquilos en medio de aquella obscuridad no muy severa.



Pensé que era la misma noche en persona que había venido a hacerme compañía, la hice pasar, debo confesar que mi pensamiento estaba ahogado entre las sombras, sentí un escalofrío que me recorrió la espalda, la piel de aquella mujer semioculta con aquellos rayos fugitivos resaltaba y brillaba como una alhaja, era como el filo de un arma dormida y temible a la que no podía resistirme.

Ahora recién levantado, apenas puedo recordar mi piel totalmente erizada y una presencia que llenaba toda la habitación, unas manos deliciosamente suaves atrapando mi cuello y unos turgentes senos apoyados en mi pecho, una sensación muy diferente a lo que había experimentado hasta ahora. Un tacto muy caliente y lleno de anhelo interno, como la lujuria se adueñaba brutalmente de mi cuerpo y como empecé a tener deseos ocultos de penetrarla salvajemente por todos los orificios de su cuerpo.


Una lengua deliciosamente suave y carnal recorría magistralmente mi cuerpo dejando tras de si un reguero con sabor a miel y canela, el dibujo de sus pezones enhiestos, hacían retorcer de placer mis músculos a su paso. De repente empezaron las convulsiones, su cuerpo comenzó a estremecerse, se palpaba la tensión previa al estallido de un volcán, sentía como si las piedras derretidas por el fuego la hicieran arder por dentro entre oleadas incontroladas de placer.

Noté como mi boxer fue literalmente arrancado, de un solo tirón con fuerza desproporcionada a aquella dama, el sonido de la tela rasgada invadió aquel silencio. Solo se que excitadísimo, no podía soportar tanto placer. Esa lengua empezó a lamer mi ingle, el interior de mis muslos, mi entrepierna, no podía creer el tamaño que había alcanzado mi propio pene, exageradamente humedecido como si quisiera mitigar el fuego que me corroía por dentro y por fuera, los lengüetazos hacían que ardiera por dentro, solo podía articular gemidos pues esa lengua se introducía no se como en mis poros y hurgaba en todas mis terminaciones nerviosas, tendones y articulaciones ya no respondían a ninguna de mis órdenes, cuando mi falo penetró en su cueva, las paredes de su recinto se abrían a su paso, pero oponiendo tal fuerza trás la brutal entrada que se cerraban sobre él de modo que aún provocaban que aumentase la hinchazon de las venas, en cada embestida se juntaban las caderas en un delicioso choque de trenes, los abdómenes se juntaban escasos deliciosos segundos, el conjunto de mi cuerpo se rebeló al unísono arrancando de mi interior un orgasmo bestial, fue una extraña eyaculación pues sentí el semen abrasando todo el recorrido de su paso para salir con una potencia nunca sentida, como la explosión de un géiser repleto de agua hirviendo.

Naturalmente todo aquel que esté en su sano juicio pensará que todo fue un sueño provocado por una exagerada ingesta de alcohol, confieso que yo mismo también pensé eso, pero esta mañana mi dormitorio estaba impregnado de un profundo olor a azufre y unas quemaduras en las sábanas me confundieron todavía mas.
Mis amigos mas comprensivos me dijeron que no me preocupara, sin duda me había intoxicado con el marisco de la cena ....

6 Asuntos :

KKINNA dijo...

sueño o realidad, algo tan ardiente y delicioso es dificil de olvidar.;)

Amie dijo...

No pudo ser un sueño algo tan brutalmente sensual . Todos mis sentidos se adentraron en esa noche donde la mágia todo puede lograrlo...

Un beso con un intenso sabor a pecado

Mixha Zizek dijo...

Me gusta la entrada apasionada, erótica y sensual. Elementos que siempre encuentro en tus post, besos

muy bueno

La serpiente que pudo ser mujer dijo...

El marisco es afrodisíaco ssí, pero lo de las quemaduras me imagino que sería porque lo condimentaron con mucha guindilla.. Lo del azufre no me sorprende demasiado porque es el ambientador que uso yo en mi nido. Quizás tú también lo tengas en cómodas barritass de incienso olor a azufre.

Lo único que no me cuadra es una cosa: ¿en ningún momento gritó ella: "¡por las orejas nooo!" ???

Silbidoss y enrosquess estrechoss y húmedoss..

Clip dijo...

kkina es difícil discernir entre lo real y lo imaginario, basta recrearse en ello sin mas.
besos.

Clip dijo...

Amie creo que los sueños son premoniciones, me gusta que la magia te haya acompañado al menos un ratito.

beso muy soñado.