jueves, 28 de abril de 2022

Bici por amor

Acabo de ganar una subasta en E-Bay, es la primera vez que participo y gano en una, cuatrocientos euros en una bici, empecé en 50 € fue una experiencia entretenida ver como los beeps de los competidores iban superando mis ofertas ... al final acabó el tiempo y gané, me llegó una felicitación por e-mail. Hasta aquí todo podría ser normal.

Pero hay más ... La bici es de segunda mano, de segundo pie o segundo culo según el modo como analicemos su uso, pero lo paradójico es que no creo que la vaya usar nunca.

Cuatrocientos euros, yo, que para gastarme cien en un móvil estuve comparando tres días por mil páginas de Internet.

¿No os ha pasado? Qué estáis navegando en la Red y veis eso que os gusta tanto, que siempre quisisteis y que es tan fácil comprar porque ya están tus datos ahí, solo tienes que darle a esa sucesión de pestañas tan amigables y brillantes,  que van confirmando poco a poco que ese objeto pronto pasará a tus manos, siguiendo un sendero de confirmaciones, claro, solo después de darle al ENTER al final de todo el proceso, desaparece la euforia y te das cuenta de lo tonto que has sido porque has pagado veinte euros por un 'algo' que no te hace falta, o que en el mejor de los casos utilizaras un vez en la vida, pero toda facilidad para comprar se convierte en suplicio para regresar al punto de partida, nadie al que reclamar, y múltiples e-mails, con unas traducciones que hacen difícil saber cual es el camino inverso.

Pues bueno a pesar de saber todo esto, el error multiplicado por diez, un ejemplo de palpable de estulticia, cuando me pasa esto evito mirarme al espejo pues detecto unas grandes orejas de burro en el lugar de las mías, imagen muy inquietante, es un tema de comprar lo que tú no quieres pero alguien sabe que en el fondo si que deseas.

Pero es que esos ojos (sus ojos), eran más brillantes que los de la dichosa pestaña que te sale en la pantalla y esa sonrisa mucho más llamativa, incluso atrayente diría yo. 

Ella ni me la quería vender (la bici), solo decía que necesitaba una mejor porque cuando subían al monte se quedaba atrás, bueno, yo estaba despistado en aquel momento intentando acariciar con mi mirada las pequeñas pintas grisáceas que salpicaban sus ojos de azul intenso y su sonrisa nacarada, en ningún momento miré ni siquiera la bici y me vine arriba, imaginándola feliz con su nueva bici, ayudada por mis cuatrocientos euros y supongo que en otra sucesiva subasta exitosa.




2 Asuntos :

Erik dijo...

Sigo pensando igual... ¡La carne es débil!

Salud

Clip dijo...

Erik, tienes un don, con pocas palabras puedes expresar toda una vida.