lunes, 16 de noviembre de 2020

Ya no

Ya no

Ya no será

ya no

no viviremos juntos

no criaré a tu hijo

no coseré tu ropa

no te tendré de noche

no te besaré al irme

nunca sabrás quién fui

por qué me amaron otros.

No llegaré a saber

por qué ni cómo nunca

ni si era de verdad

lo que dijiste que era

ni quién fuiste

ni qué fui para ti

ni cómo hubiera sido

vivir juntos

querernos

esperarnos

estar.

Ya no soy más que yo

para siempre y tú

ya

no serás para mí

más que tú. Ya no estás

en un día futuro

no sabré dónde vives

con quién

ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca

como esa noche

nunca.

No volveré a tocarte.

No te veré morir.




Poema de Idea Vilariño
En 1958, la poeta uruguaya Idea Vilariño escribe esta "enumeración atroz que es un poema", como lo describe la periodista Leila Guerriero. Un punto final a su turbulenta relación con el escritor Juan Carlos Onetti.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Definitivamente él era invisible a los ojos de todos, aquellos que ya lo sean, saben que es algo contra lo que se puede luchar, la invisibilidad es sobrecogedora.

Cuándo hablaba en alguna tertulia, nadie le replicaba, buscaba puntos de desencuentro pero ni por esas, no ser escuchado te lleva a la frustración mas severa,  por ello no había motivo suficiente para enfadarse con alguien, en el trabajo a todo decía amén. 

- ¡Haz esto!¡Haz aquello!

Lo hacía sin rechistar, sin quejarse, ni replicar, todos pasaban a su lado sin decirle nada. No existía. Cuando iba a bañarse al rio con los jóvenes del pueblo, se tiraba de la parte mas alta del barranco para ver si alguien le felicitaba, aunque se jugara la vida nadie se daba cuenta, miraban para otro lado.

Le gustaba mucho Mónica, pero ella no le hacía caso. En el cine llegaba pronto para procurar sentarse a su lado, pero en el último momento se sentaba alguien entre los dos. Cuándo intentaba sacarla a bailar le daba calabazas, disimulaba con una fugaz sonrisa en los labios, aunque a veces reía mostrando su boca deliciosa y dientes perfectos´.

Un atardecer todo el grupo de amigos salían del cine, una voz propuso tomar una copa en un bar conocido del pueblo mas cercano, todos asintieron y sin mediar palabra todos se apresuraron a distribuirse en los coches, por las prisas Mónica subió en su coche por un descuido y a él se le cortó la respiración, puso en marcha el motor y arrancó rápidamente, no fuera que se lo volviera a pensar al verle a él de conductor y se bajase del mismo.

La tensión se podía cortar con un cuchillo afilado. Tuvo suerte en la radio sonaba "Come Away With Me por Norah Jones", intencionadamente salió de la circunvalación para tomar el camino mas largo, Mónica no decía nada, parecía que disfrutaba de la música en medio de la negrura de la noche.

El estaba disfrutando de aquella situación, estaba intentando reunir fuerzas de flaqueza para declararle que sentía cosas ahí dentro y decirle todo lo que albergaba en su mente y necesitaba decirle, pero se acabó la canción, llegaron al bar y no tuvo el valor necesario para decirle nada, cuando bajaban las escaleras antes de entrar, pensó para sus adentros "¡Ahora o nunca!".

- ¡Mónica, estoy completamente enamorado de ti!

- ¿Qué dices? ¿Qué, qué de quién?

Notaba y sentía como siempre, que ella le ignoraba.

-¡Por favor, escúchame por una vez, lo que te digo es importante!

La coge por el hombro con fuerza, quería que se le enfocasen bien sus ojos con los suyos.

-¡No te puedo sacar de mi mente!

Mónica forcejea asustada para liberarse de las manos que la tienen sometida.

- ¡Te quiero!¡Te quiero mucho! ¡Me gustaría mucho que tu también me quisieras!

Ella consigue liberarse bruscamente y cae rodando por las escaleras con tan mala suerte que su nuca golpea en la huella de mármol del último escalón, mojando de rojo oscuro el espacio bajo el que ocupa su bello rostro.

- ¡Mónica, Mónica! ¡Responde!

No responde y se da cuenta que no respira. De lo mas profundo de su garganta le sale un grito tan punzante como silencioso. 

-¡No, No por favor … !

El resto de amigos, que ya estaban dispuestos en la mesa, al oír el golpe seco giran todas sus miradas y ven a Mónica, extendida e inmóvil al pie de las escaleras. Se levantan de golpe, corren, gritan y la rodean …

Él plantado, inmóvil en el rellano superior, paralizado en shock, se mira las manos vacías y culpables.  

- La he matado. ¡La he matado yo, con estas manos!

Alguien llamó al 112, todos están excitados y no saben que hacer. Los primeros en llegar los sanitarios del SAMUR, agachados sobre el cuerpo inerte lo examinan rápidamente y mueven negativamente con resignación la cabeza. Llega la policía y disuelven la multitud que rodea el cuerpo sin vida.

- ¿Qué ha pasado? ¿Alguien ha visto algo? ¿Quién estaba aquí?

- Resbaló.

- Cayó escaleras abajo.

- Nosotros venimos del Cine.

- Seguro que ha resbalado.

- Acabábamos de pedir la bebida.

- ¿Puede ser que haya resbalado?

- ¡ Yo no he visto nada!

Todos los presentes dan su opinión y nadie se dirige a él, abatido, afligido, confuso y desconcertado, desde el rellano de las escaleras, le sale un hilo de voz triste y temblorosa.

- ¡He sido yo! ¡He sido yo!

Pero como siempre nadie le escucha, Saca fuerzas de donde no se sabe donde, ahueca la voz y grita con todas sus fuerzas.

- ¡He sido yo! ¡He sido yo!¡Con estas manos!

Pero como siempre nadie le hace caso.

Es invisible … Y no puede evitarlo.




viernes, 11 de septiembre de 2020

Lo conocí por casualidad, buscaba trabajo y tenía los ojos llorosos, las administrativas de las empresas en donde presentaba sus curriculums, tenían serios problemas para abrir archivos, utilizar el Excel y manejarse con soltura entre las redes sociales, le fastidiaba la ineptitud de los que le rodeaban, su capacidad estaba muy por encima de los entrevistadores, dominaba como pocos la informática.

El caso es que me fascinó desde el primer momento su lectura de las situaciones, sabía sacar partido de todo, de modo que no le conté que yo ya tenía un buen trabajo y le acompañé a que encontrara el suyo, quizás yo podía aportar una visión mas terrenal.

                                                                ... ooo 0 ooo ...

Quedamos en aquel lugar, cada uno con su vehículo, imposible encontrar aparcamiento de modo que nos metimos en un parking subterraneo, era interminable bajabamos planta trás planta, un coche detrás del otro, hasta que encontramos en las profundidades subterráneas un lugar para ambos.

Yo estaba perdido pero él me condujo a través de una serie de pasillos y puertas metálicas, por el interior del edificio, los sensores de alarma parpadeaban pero no acababan de dar la señal acústica, pasamos al lado de unos operarios que trabajaban distendidos y por fin nos encontramos con una puerta cerrada con un código que nos llevaba al exterior, no le costó ni dos minutos descifrarlo y abrir, era una parte de la ciudad entregada al juego y las luces, tragaperras y casinos por todas partes, una vez allí siguió con su tarea inacabable de buscar un empleo, eso si quejándose de la ineptitud manifiesta de los que debían contratarle, un bucle sin fin que ya empezaba a cansarme.

En un momento de despiste desapareció, respiré aliviado, pensé que ya lo había perdido para siempre pero apareció ahi sentado jugando a cartas entre 5 hombres, apostando unas fichas doradas,  reían y perdían sin parar, se amontonaban las piezas en su lugar, ganaba una gran fortuna, pero esas fichas eran muy voluminosas por lo que tuvo que comprar un saco para meterlas todas, seguimos paseando mientras el llevaba el gran saco buscando un cajero para canjearlas.

No se como entramos en el parking de nuevo y otra vez el lío de puertas, como él aparentemente dominaba aquel endiablado laberinto me hice cargo yo del saco de monedas.

Fuimos abriendo y cerrando puertas hasta llegar a aquella interminable escalera de mano fijada a la pared, en cada escalón había un rectángulo con un color, al lado figuraba su código y su nombre, era como un inmenso catálogo en el que había que escoger subiendo por aquella maldita escalera de mano.

... ooo 0 ooo ...

Nada tenía sentido, estaba con aquella inmensa bolsa llena de monedas detrás de él en aquella maldita escalera de mano, encaramados entre dos pisos, hasta que se paró y paralizado se quedó mirándo aquella placa con aquel color plata, diferente a todos.

Se formó un atasco en la escalera de mano, los operarios que subían detrás nuestro, dejaron de estar en silencio y empezaron a protestar, pues no parecía que fuera a salir de su ensimismamiento, la amplitud de la bolsa de las monedas no permitía el paso.

- Por favor avanza, hay un atasco en la escalera

Dije, pero su rostro estraba perlado de gotas de sudor, llevaba un vestido femenino colgado del hombro y seguía paralizado mirando el color.

Desde arriba unas mujeres bien ataviadas, estaban buscando un color desde arriba, pero reían y disfrutaban de la escena, mientras bajaban por la escalera.

Mi abultada bolsa de monedas, impedían que nadie nos adelantase en aquella minúscula escalera, de modo que hice una señal para descender, aquella maldita bolsa aparte de incómoda pesaba lo suyo.

Él se aferraba crispando las manos a la escalera con su rostro enganchado a aquél color como si alguien al dejar de mirar pudiera quitarselo. Los operarios con grandes dificultades pasaron por encima de su cabeza y desaparecieron, entonces él siguió pegado, las mujeres también bajaron con gran dificultad, esquivando su cuerpo, una vez abajo el bajó lentamente, era obvio que todos mirabamos ese color.

- Podeís escoger cualquier otro color, es obvio que este color ya tiene dueño.

Pero claro despúés de aquello las chicas solo miraban la chapa con aquel plateado excepcional, entonces el bajó lentamente.

Una de ellas exclamó:

- Fijaros, pero si lleva una falda de volantes como la que me gusta a mi

El se levantó la falda y apareció una seductora falda de volantes y encajes blanco, que destacaban sobre unas piernas bronceadas y perfectas en unas caderas estrechas y un vientre plano, al ver su rostro con los rizos dorados me di cuenta, podía pasar perfectamente por una mujer, mi amigo era un andrógino de manual.

Las mujeres estaban fascinadas, mientras en un instante èl pasó a ser ella al colocarse un vestido playero, en lugar de su falda con volantes, que se quitó con destreza allí delante dejando al descubierto sus atributos, las mujeres se las veía muy adineradas y evidentemente el ya tenía un plan para sacar partido de la situación ... 



    


lunes, 24 de agosto de 2020

Era un juego fácil con que entretener las horas muertas, en que se veía sumergido, obligado a permanecer en las salas de espera de los aeropuertos. Era sencillo, se trata de sentarse cerca de cualquier persona elegida al azar y que también aguarda la salida del avión. Tan cerca como se permita observar todos los detalles de la vestimenta y tan lejos para no incomodar con la presencia, un equilibrio entre los dos mundos, análisis de accesorios, equipaje de mano que pudiese llevar consigo, periódico, noticias que lee, libros, todo está permitido, con estos ingredientes se confecciona un retrato robot de dicha persona y la historia presente que lo relaciona. Fragmentos de alguna conversación por el móvil son admitidos, a pesar de sólo disponer de la parte hablada del 'espiado', su volumen, tono, acento, dicción y la parte de lenguaje no verbal complementan la diagnosis final, con elementos adicionales con los que con una dosis de imaginación, queda inventado un personaje, con profesiones e incluso, estados anímicos, con un tanto de probabilidad de alejadamiento de la realidad, pero la escasa posibilidad de acierto.
Como estás haciendo tu amable lector con este pequeño fragmento introductorio, sobre el protagonista y cómo no con el autor.


Aquella mañana UNO se había fijado en un hombre de mediana edad, unos cincuenta o cincuenta y cinco años, algo calvo, con abundantes canas que había ocupado un asiento en el banco opuesto, casi enfrente suyo. El hombre vestía un traje color marrón y una camisa crema con corbata, iba bien perfumado, sus caros zapatos de piel eran asimismo marrones y aunque en conjunto su vestimenta parecía de calidad, el estado en que se hallaban las prendas denotaba un cierto descuido, como la persona que hubiese realizado un viaje de ida y vuelta en la misma jornada y no se hubiese podido cambiar en muchas horas, arrugas en los pantalones, la corbata no estaba bien anudada y en el borde del cuello de la camisa se adivinaban rastros de suciedad.
Se le notaba un tanto inquieto. Agitado. Leía absorto unos papeles que sacaba de un gran sobre blanco, cuyo membrete no alcanzaba a distinguir desde aquella distancia prudencial, los introdujo, una vez leídos, en una vieja cartera de piel, que mantenía abierta a su lado. En un momento determinado se echó  hacia atrás, recostando su espalda en el banco, cerró los ojos y suspiró largamente. Parecía meditar sobre el contenido de aquellos papeles, como si lo escrito en los mismos le hubiese dejado impactado.
En un momento dado abrió los ojos, como si despertase de un mal sueño y se le quedó mirando fijamente, UNO se sintió incómodo, como si hubiese sido descubierto en su secreta observación y apartó la vista, enfrascándose en la revista que tenía en sus manos. Le siguió observando a hurtadillas, mientras cambiaba de posición fingiendo buscar mejor iluminación para la lectura. Se disponía a continuar con el juego cuando anunciaron por la megafonía el embarque del vuelo. Se levantó sobresaltado y recogiendo su maletín se dirigió hacia la zona de salidas.
El teléfono portátil del hombre sonó en el momento en que UNO pasaba frente a el.

Hacía ya un buen rato que DOS se sentía observado por el desconocido que se sentaba frente a él. Comenzaba a incomodarle la actitud de aquel individuo, al que no recordaba haber visto jamás. La información que acababa de leer le había sumido en una gran agitación. Se daba cuenta de que, no por menos esperada, había quedado muy impresionado por la confirmación de sus sospechas. ¿De qué manera su futuro inmediato se vería alterado por el significado de los documentos que contenía aquel sobre y que guardaba celosamente en la cartera?
De pronto UNO se levantó y pasó junto a él.
El teléfono móvil de DOS sonó en ese momento y éste contestó a la llamada.
-¿Diga? ¡ Ah ! Eres tú, TRES. 
- ----     ----     ---- ----
-No. No estoy en la ciudad. Pero regreso hoy mismo. Esta noche. 
- ----     ----     --
Creo que lo mejor será que nos veamos mañana en la oficina. Yo también tengo que comunicarte algo importante. Hasta mañana. Buenas noches.
Se guardó distraídamente el teléfono en el bolsillo y tomando la cartera se dirigió cansinamente hacia la puerta de embarque de su vuelo, que hacía unos momentos habían anunciado.
Mientras entregaba su tarjeta, advirtió que el hombre que le observaba en la sala de espera se hallaba entre los pasajeros que compartirían su destino.

TRES colgó el teléfono y se reclinó en la butaca del despacho. Repasó mentalmente la breve conversación que había mantenido con DOS,  tratando de imaginarse cual sería el asunto de importancia que aquel le había anunciado tratarían al día siguiente. Las cosas en la empresa no funcionaban ni medianamente bien en los últimos tiempos y pensó que tendría algo que ver con el bache que atravesaban. No acababa de comprender bien aquel repentino viaje de su socio. Normalmente planeaban juntos los desplazamientos de cada uno para cubrir adecuadamente los asuntos de la oficina, pero, en aquella oportunidad, DOS había viajado a la capital sin advertirle y sin darle la más mínima explicación de los motivos del viaje.
En aquel momento llamaron a la puerta del despacho y su secretaria le anunció la visita de CUATRO, la esposa de DOS.
TRES rodeó la mesa y acudió a recibirla, en presencia aún de la empleada, que mantenía la puerta abierta. La saludó cortésmente tendiéndole la mano, que CUATRO estrechó. En cuanto quedaron solos, la mujer le abrazó y le besó apasionadamente.

-Por favor, CUATRO 
Dijo mientras la apartaba suavemente
-Debemos ser prudentes. Mi secretaria puede entrar en cualquier momento.
CUATRO se sentó nerviosamente en una de las butacas, mientras encendía un cigarrillo.
-Perdóname 
-Necesitaba verte. DOS ha desaparecido. Anoche no durmió en casa. 
-Tranquilízate. Acabo de hablar con él y regresa esta noche. También yo he estado preocupado, pero, al parecer,  ha debido efectuar una gestión importante en la capital. No me ha adelantado nada. Sólo que mañana nos encontraremos en el despacho para hablar del tema que, al parecer, es importante.
DOS y TRES  compartían aquella empresa. DOS, bastante mayor que éste, la había fundado unos años antes invirtiendo en ella todos sus conocimientos, su entusiasmo y casi todo el patrimonio de su mujer. TRES aportó su recién estrenado título y su ambición. Gracias al esfuerzo de DOS, el negocio floreció rapidamente aprovechándose de la favorable coyuntura y de las múltiples relaciones de TRES, que abrieron puertas infranqueables para su socio, que se dejó llevar hasta límites que rozaban la ilegalidad. El enriquecimiento fue cuestión de pocos años. La caída que se barruntaba podía ser cuestión de meses, incluso de días. Por aquellas fechas, además de las numerosas deudas, compartían también a CUATRO.
TRES necesitaba, aunque hastiado ya, continuar su relación con aquella hermosa mujer, aburrida y desencantada de su matrimonio, que le había permitido convertirse en socio de la empresa sin aportar ni un céntimo, gracias a la influencia de CUATRO sobre su marido.

CUATRO ignoraba por completo la situación económica por la que atravesaban, notaba que ni a DOS ni TRES les interesaba que ella conociese la misma pero ella no comprendía el giro espectacular del negocio que había incrementado su nivel de vida y aparentemente su cuenta bancaria crecía con alegría. 
No le importaba sentirse ignorante pues su capital se incrementaba considerablemente, conocer a TRES un hombre joven e inteligente que la salvó de la monotonía y falta de pasión de DOS y por otra parte al hacer cosas prohibidas recuperaba su juventud. Pensaba que era imposible que DOS conociese su lío con TRES pero le daba miedo pensar en ello.

-Estoy más tranquila 
Dijo levantándose de la butaca y disponiéndose a salir
-Pero es que últimamente noto a DOS muy extraño y a veces pienso que sospecha algo de lo nuestro. Le besó suavemente en los labios
-¿Nos veremos mañana? 
-Por supuesto 
Respondió TRES tomándola del brazo y acompañándola hasta la puerta
-Donde siempre.

UNO había recibido un completo dossier con la información exacta  sobre el trabajo que debía efectuar. Así pues, conocía perfectamente que las personas que debía eliminar, se encontraban en aquel hotel, donde se veían regularmente todos los jueves por la tarde. Conocía, así mismo, el número de la habitación. El trabajo que habían realizado sus intermediarios era perfecto. Así daba gusto. Trabajos limpios y sin complicaciones. Sin sobresaltos inútiles.
Con un maletín en la mano, cruzó decididamente el "hall" y se dirigió hacia los ascensores, consciente de que no llamaría la atención, confundido entre las numerosas personas que, a aquellas horas, poblaban el establecimiento. Solo en el ascensor y mientras subía, extrajo de su portafolios aquella sofisticada pistola desmontable y ligera que había adquirido unos años antes y que nunca le había fallado. Ajustó a la misma el silenciador y la ocultó en el bolsillo de su abrigo. Saliendo del ascensor, comprobó que no había nadie en el pasillo. Frente a la habitación, sintió el tacto de la culata en la mano dentro del bolsillo, llamó suavemente.

-Servicio de habitaciones 
Anunció. 
-Un momento, por favor 
Respondió al cabo de unos segundos la voz de un hombre.
TRES abrió la puerta, envuelto en un albornoz blanco. El ruido del disparo, amortiguado por el potente silenciador, fué un chasquido apenas audible. Un pequeño orificio creciente de color carmín apareció en su frente y cayó de espaldas sobre la gruesa moqueta. UNO le puso la mano en el cuello, comprobó que no tenía latidos y escuchó atentamente. CUATRO apareció de pronto en la puerta del cuarto de baño, con una toalla alrededor de su cuerpo.
-¿Quién  era ....? 
La respuesta quedó incompleta.
El disparo la alcanzó en el corazón. Cayó al suelo con una ligera convulsión. La remató con un segundo disparo en la sien.
UNO comprobó que no había dejado huellas, desmontó el silenciador y guardó la pistola en el maletín. Al salir de la habitación colocó en la puerta el cartel de "no molestar". 
Trucos muy útiles para ganar algo de tiempo retrasando en lo posible el descubrimiento de los cuerpos y tomando de nuevo el ascensor, descendió directamente al garaje del hotel, donde horas antes había aparcado su vehículo de alquiler con nombre falso. Así le gustaban los trabajos: limpios y sin complicaciones, sus clientes sabían que era el mejor. Ahora solo le quedaba cobrar por su trabajo impecable y regresar a casa. Aquella misma noche.

DOS contemplaba la ciudad a través del amplio ventanal de su despacho. Con actitud sombría repasaba mentalmente los últimos acontecimientos. La tumultuosa entrevista que se había producido horas antes en aquella misma habitación. No dejó apenas opción a que TRES intentase explicarle las últimas operaciones que habían abocado a la empresa hacia una quiebra irremediable. Las múltiples irregularidades, los sobornos, los falsos documentos contables, puestos ahora al descubierto por alguno de sus más importantes clientes, no tenían justificación posible. Y luego estaba lo de CUATRO, su mujer. ¿Como habían podido traicionarle así?  Era el fin. De su empresa de su matrimonio y de su amistad. Que asco de vida. En unas horas todas sus ilusiones se habían venido abajo. Meditabundo, se sentó en su mesa y volvió a leer aquellos informes que había recibido en su viaje a la capital.
Su secretaria le anunció la visita que estaba esperando.

UNO entró en el despacho y al reconocer a DOS como el hombre al que había estado observando, víctima de su pasatiempo, en el aeropuerto, se estremeció vagamente. También DOS hizo un amago de reaccionar ante aquella curiosa coincidencia. Ninguno de los dos hizo mención al hecho de su fortuito encuentro.
-Bien 
Dijo DOS
-Si como me han confirmado, el trabajo ha sido realizado como se acordó con su intermediario, no me resta más que pagarle. 
Depositó sobre la mesa un grueso sobre repleto de billetes.
-Le ruego que lo cuente.
En silencio UNO contó los billetes y al finalizar se dirigió por primera vez a DOS.
-Es más de lo acordado 
-La cantidad que sobra servirá para pagar el resto del encargo 
Contestó DOS
-Esta última parte es una petición mía directa
UNO arqueó las cejas
-Acaban de diagnosticarme una enfermedad incurable y me han confirmado unos pocos meses de vida. Días sólo antes de que aparezcan los dolores. Sinceramente prefiero una bala a la morfina. Le miró fijamente a los ojos
-Acaba de demostrarme que usted es un profesional excelente. Sé que me ayudará 
Y le tendió la mano.
UNO  dudó unos instantes, mantuvo la mirada y finalmente estrechó la mano que se le tendía.
-Gracias 
Dijo DOS.
oooOOOooo

Era un juego fácil con que entretener las horas muertas, en que se veía sumergido, obligado a permanecer en las salas de espera de los aeropuertos. Era sencillo, se trata de sentarse cerca de cualquier persona elegida al azar y que también aguarda la salida del avión...

jueves, 21 de mayo de 2020

- ¿Se puede saber que haces?
- Quiero invitarte a algo.
- ¿Invitarme? ¿Acorralarme en el baño y encerrarme aquí es una invitación? ¡Apártate por favor y déjame salir de aquí!.
- Soy cliente de este local, no seas estúpida conmigo, solo quiero que te sientas bien.
- ¿Pero tu eres gilipollas? ¡Haz el favor de apartarte de la puerta!



Era la encargada de la barra de la terraza, su trabajo consistía en llevar el cambio, controlar el dinero de las cajas y formar los espectáculos de las 'gogos', estaba acostumbrada a tratar con clientes ligeramente bebidos. 
Alvaro se encargaba de su seguridad,  "mi guardaespaldas preferido" así gustaba llamarle, un cuerpo fibroso de casi dos metros, cabeza afeitada, a pesar de unas facciones muy duras, siempre le dedicaba una sonrisa cómplice, como diciendo: "No te preocupes estoy aquí", su sola presencia le daba seguridad en la noche.
Una de esas veladas, mientras él atendía una llamada por el auricular aprovechó la ocasión para ir al baño. Cuando se estaba lavando las manos un tío al que conocía de vista, cliente asiduo que solía dejar muchas consumiciones, tan enormemente grande como pesado, después de afirmar una y otra vez, noche trás noche, que no iba a ser suya nunca, pero con la paciencia y educación que requería su puesto excelentemente pagado ...
Se coló dentro del baño de las mujeres. Cuando se quiso dar cuenta se sintió levantada como una pluma por detrás, de malas maneras la había metido en uno de los pequeños habitáculos del baño.

- ¡Escucha ! Estate calladita si no quieres que me enfade contigo.
Bramó. Ella estaba furiosa, le miró a los ojos con cara de desprecio.
- Me importa un bledo que te enfades conmigo, déjame salir ahora mismo, tú y yo no tenemos nada que hablar y menos de esta forma.
-¡Que te calles de una puta vez!

De un salto se interpuso entre la puerta evitando que pudiera salir. El miedo empezó a invadirla aunque la furia y rabia se fundían en su interior. Debido a su larga experiencia en las relaciones con clientes desfasados, analizó rápidamente sus opciones, o forcejear como una loca e intentar salir, imposible puesto que su cuerpo era la tercera parte del suyo ... o mejor no enfurecerlo más y esperar una oportunidad. Él sacó de su bolsillo trasero una cartera, de ella una bolsita blanca, cogió una tarjeta de plástico, colocó la cartera encima de la tapa del inodoro, abrió la pequeña bolsita y tomó una pequeña cantidad de cristales de cocaína, usó su tarjeta de crédito las fue deshaciendo hasta alinearlas, sonriendo maliciosamente levantó su mirada hacia ella.
Estaba terriblemente asustada mirando fijamente lo que hacía mientras la tenía empotrada contra la pared obstaculizando la puerta para que no pudiera irse.
Construyó dos pequeñas rayas blancas con el polvo obtenido. Se incorporó y pasó la tarjeta por la boca de ella, apartó la cara a destiempo pero un polvo blanco ya había impregnado sus labios, al humedecer sus labios con la lengua una amargura recorrió su garganta e hizo que su lengua perdiera su sensibilidad.

- Me gusta mucho tu lengua pequeña....
Le susurró al oído dejando el rastro de una peste a alcohol que tumbaba. Sacó de su pantalón un billete de 50 €... lo enrolló cuidadosamente.

-¡Toma, esnífa! es muy buena.
- Ya sabes que no me drogo, no quiero.
- Alguna vez tendrás que probarlo... te gustará, no seas niña y esnífa.

Con el billete ya en su mano le miró e imploró con lágrimas en los ojos.
- ¡Por favor, no quiero meterme esa mierda!
- ¡Mira, ya me has cansado! ¡Estoy harto de ser bueno contigo y no recibir nada más que rechazos he insultos por tu parte! ¿Acaso crees que alguien te va a tratar mejor que yo? Además cuando a mi se me antoja una mujer... la consigo y punto. Así que ¡ponte el billete de una puta vez en tu nariz y esnífa!

Su voz empezó a quebrarse... sus ojos le miraron con odio y miedo y las lágrimas se escaparon sobre sus mejillas, no pudo evitarlo. El se ablandó aparentemente, secó las lágrimas con sus grandes dedos y la abrazó mientras susurraba.

- No llores mi pequeña, jamás te haré daño... mientras seas buena conmigo.

En ese momento ella recordó que de su minifalda colgaba el interfono que le mantenía en contacto toda la noche con Alvaro. Tenía tres botones. Uno para llamarle, otro para que ella le hablase a él y otro... para caso de emergencia. 

Levantó la mirada y miró fijamente a su "secuestrador" e intentó poner en su boca las palabras mas dulces que su estado le permitía.

- Lo siento, soy una desagradecida. Le lanzó una sonrisa y empezó a besarle... lamío sus labios con su lengua todo lo húmeda y suave que pudo aguantando el asco que le producía. Le acarició la cara con gesto de ternura.

- Soy tonta, nadie mejor que tu va a cuidar de mi, (Solo con el hedor que salía de aquella garganta oscura una sensación de asco recorrió todo su cuerpo), pasada la sorpresa inicial, la abrazó tan fuerte que estuvo a punto de ahogarla y sin que él se diera cuenta... acercó su mano lentamente al interfono y apretó el localizador.

Cogío el billete y se puso de rodillas delante de la tapa del retrete, giró la cabeza hacia arriba y le sonrió timidamente a lo que él contestó con una sonrisa impregnada en cocaína y alcohol. Esnifó la raya de cocaína y la sintió recorrer todo su cuerpo hasta entrar en el estómago como un cuchillo afilado, originando en ella una pequeña arcada, al incorporarse su sensación de angustia llegó al límite, cuando vió que se había bajado el pantalón y tenía su enorme polla fuera.

Empezó a temblar en su interior, intentando que no se le notara, un mareo se añadió a las arcadas y le pareció entrar en un vacío que se adueñaba de su mente, con un hilo de voz le replicó.

- Tranquilo, métete tu raya, tenemos toda la noche.
Se llevó la mano a su imponente falo y me hizo saber lo orgulloso que se sentía de su cambio de actitud y el 'regalo' que le esperaba por haber complacido su deseo. Se arrodilló ante la taza, haciendo que yo quedara incrustada entre la cisterna y la pared. Una voz al otro lado de la pared se oyó la voz grave de Alvaro.

- ¿Olivia?
- ¡Estoy aquiiiiiiiiiiiiiii!!!

Gritó mientras los nervios se apoderaban de ella y sus ojos estallaron en lágrimas.

- ¡Cállate puta del demonio!.
Se incorporó y rápidamente tapó mi boca.
- ¡Está ocupado joder no molestes!

Gritó con fuerza. En ese momento ella reaccionó y con toda su rabia contenida le metió un rodillazo en toda la polla que le colgaba haciendo que su mano se la llevara a su entrepierna y dejando su boca libre.

- ¡Alvaroooooo ! ¡Estoy aquííí!
- ¡Aparta, furcia!

Rápidamente la incrustó contra la pared mientras él se incorporaba y le cruzó una bofetada que hizo salir de ella un grito inmenso mientras le ardía la mejilla.

-¡ Hijo de putaaaaaaaaaaaa !

Sintió de nuevo un fuerte golpe que la hizo caer al suelo ya que sus piernas temblaban y no aguantaron el peso. Un fuerte golpe se oyó en la puerta, otro y otro más, él la cogió del cuello y la levantó en vilo dejando su cuerpo suspendido en el aire. Sonó un terrible estruendo que hizo que la puerta cayera encima de él... soltando el cuerpo de ella y que fue a parar de nuevo el suelo.

Una luz la iluminó cuando vió a Alvaro allí, a pesar de la situación se sintió increiblemente segura, apenas pudo ver como se abalanzó sobre su verdugo, le propinó una patada en el estómago, sonó como un saco y se quedó tumbado, sobre si mismo, en posición fetal sin poderse mover. Alvaro por fin la cogió en volandas, una flotando entre sus potentes brazos, la levantó como si no hubiese gravedad sacándola del habitáculo. Viendo sus ojos impregnados en lágrimas y su cara roja por las bofetadas que aquel cabrón le había dado, la miró a los ojos y ella vió como algo insólito le pareció ver una lágrima brillante entre aquellas facciones tan duras.

- Mi pequeña. Ya ha pasado todo. Ya está todo bien. No quiero verte llorar mas.

La abrazó fuerte y la cogió en sus brazos ya que sus piernas no reaccionaban. La miró a la cara y secó sus lágrimas mientras le daba un beso la nariz casi con miedo, otro, otro y luego le pasó la lengua por la nariz  Ella le miró extrañada, él nunca había hecho eso, la soltó y la metió en el retrete de al lado, antes de cerrar la puerta.

- Quédate aquí, no te muevas.
Cogió el intérfono y avisó a sus dos compañeros.
- ¡Venir al baño de la terraza!

Jamás nadie le había oído dar una orden así, aun siendo el jefe de seguridad, siempre hablaba con dulzura a sus compañeros. Sus pasos se acercaron al retrete de al lado. Se podían sentir sus zancadas fuertes pisando el suelo. Ella sintió de repente caer en otro mareo era como si de repente toda la rabia le hubiera salido a flote, una voz atronadora sonó en los lavabos.

-¡¿La has drogado?!
Se oyó un golpe seco.
-!Dime hijo de puta! ¿La has drogado? Se oyó como Alvaro golpeaba algo, a cada golpe un gruñido, se le oyó llorar por primera vez, se oyó como su voz normalmente imperturbable temblaba de rabia.
-Ahora vas a saber lo que es estar drogado.

sábado, 25 de abril de 2020

Olga estaba delante del ordenador, chafardeando las novedades de su grupo de Facebook, llevaba media hora pero no estaba sola, le acompañaba una botella de tekila, la noche estaba resultando aburrida, de repente, simultaneamente le aparecieron tres privados, contestó con educación siguiendo el protocolo del orden de llegada de los mensajes y fue contestando uno por uno, las conversaciónes no eran ni llamativas ni originales, uno le preguntó solicito por sus pies, otro por su estado civil, dirección postal y si estaba sola, sentada o acostada, otro quiso saber sobre su edad, salario y medidas del busto, dándole todos sus nicks del skype y el número de teléfono movil, intentaban captar su atención con preguntas y ambiguedades, estaba a punto de salir hastiada, de repente en el margen superior derecho un aviso le marcaba un privado ....
Mientrás expandía mecanicamente la ventanita, pensó, otro pesado mas (mas de lo mismo pensó), ¿cuál seria su estrategia para llamarle la atención? esta vez al menos hubo un 'hola' cordial, esta vez fue ella la que se interesó por el nombre, puesto que no estaban hablando de nada, por cortesía intercambiaron sus nombres, pero al decirle el nombre Slater, se le abrieron los ojos como platos, no podía ser, ese nombre lo asociaba con muy buenos recuerdos por dos personas muy cercanas y que curiosamente se llamaban así, por otra parte la rareza del nombre hace sea una curiosa e intrigante casualidad, uno era un amigo con el que hubo muchas risas y complicidades que desembocaron en la cama, una sola e inolvidable vez, luego se perdieron el rastro.
Se lo hizo saber a su interlocutor, ante esta casualidad èl le preguntó si el nombre era como la etiqueta que marcaba comportamientos futuros, en base a conocimientos pasados, una especie de llave que abría o cerraba su interior, Olga le mintió diciendo que nunca tuvo amantes llamados Slater, no quería ponerselo tan facil, quería probar como era realmente.

Se revelaron amantes de la literatura y decidieron crear un relato a partir de las conclusiones que sacaban el uno del otro de su pequeña charla. Slater recopiló la primera parte que hemos leido hasta aquí y Olga le fue recriminando que lo rellenarar con tantas cosas de su cosecha.

-Slater: es un relato, no lo chafes era una mera ensoñación.
-Olga: ah vale, tienes razón, me quedaré con esta coincidencia.

Pero se quedó muy pensativa.
Sonó el timbre de la puerta, se levantó de la silla y abrió la puerta, un repartidor de butano estaba al otro lado con una botella al hombro, llevaba una etiqueta bordada en el mono naranja en la que se podía leer 'Slater', se quedó tan traspuesta que dejó que le dejase la botella con el aturdimiento (ella tiene gas, pero bueno) y volvió dando traspiés hasta su estudio, aquel repartidor le recordó a alguien que podia ser una persona que conocio dias atras en el mercado y que muy amablemente le dio una agradable conversacion mientras esperaban en el exterior del super por lo del confinamiento, le gustaba la literatura y escribía por lo que ella le prestó atención.
¿Qué estaba pasando?

Ahora de nuevo frente su teclado, hablando con un desconocido, que también decía llamarse Slater, entonces sucedió algo francamente misterioso, le vino un flash de su profesora de literatura, le enseñaba que los puntos suspensivos eran como un comodín en los que se podía uno imaginar cualquier cosa, un recurso que indicaba el paso del tiempo. No se porque pensó en 4 de esos puntos gigantes en su mente.

-Slater: ....
Sin escribir nada más
-Olga: ¿Mierda me lees la mente? ¿Cómo has sabido que pensaba en 4 puntos suspensivos? ¿Cómo lo has sabido?
-Slater: Porque sabía que pensabas en ellos
-Olga: es verdad, confesó.

Quedó extrañada y a la vez intrigada, su desconfianza le llevó a pensar en algún conocido de su círculo íntimo, que le estuviese gastándo una broma macabra, pero eso no la libraba de su ambiciosa curiosidad. Siguieron con una bonita y agil conversacion, en la que sin preguntas directas, supieron informacion uno del otro y hasta se escapó alguna sonora carcajada, surgió espontaneamente, dos totales desconocidos que sin embargo se conocian sin saber como, ella empezó a bromear, abriendo las barreras que siempre acostumbraba a colocar.

Pero Slater no queria impresionarla, no estaba interesado en gustarle, mas bien al contrario, le colocaba contestaciones que rozaban la indiscreción, o hacía parodias de si mismo, pero todo lo que allí se escribía se transformaba en giros divertidos, el mundo paralelo se fue abriendo y Slater solo disfrutaba leyendo lo que Olga escribía y ella estaba encantada con cada frase que emergía de aquella pantalla, se utilizó alguna tecnica chatera que otra, para desvelar secretos el uno del otro, para saber que tenia un blog olvidado, muy íntimo y publicado en Internet, vendiendo futuro literario del bueno.
Quizás ese desinterés aparente de Slater, empeñado en no gustar a Olga era lo que a ella le atrajo y le hizo seguir gustosa esa conversacion.
Slater se comportaba con la seguridad y el descaro de conocerla de antemano, Olga no coqueteaba con Slater pero a el le gustaba saber que ella estaba intentando seducirle y quizás a ella tambien en sus respectivos escudos de ironías e indiferencias, pero enganchados freneticamente a sus respectivos ordenadores. 
Olga es una persona cansada de la mentira y las tonterias de las palabras y frases comodín que se dicen a todas cuando solo lo que persiguen es obtener una dirección de skype para cam, fotos o una llamada telefónica.
De modo que Olga le hizo creer sin mucho empeño que llevaba unas bragas altas de abuela y que era monja de clausura para matar el elemento externo de la pasión pero ni con esas dejaron de hablar mientras el exterior se difuminaba en sombras.
Slater también misteriosamente acertó su color favorito (verde) y entonces ella dejó que su imaginación volará indicandole el color de su cabello (rubio) y el color de su piel y en lo bien que qedaba el contraste que representaba dicho color.
De repente y sin saber como se vio jugando con el, hablando de los colores de ropa (tangas para él), era un 'hombre' que se le va a hacer, imaginaba mejor los colores en forma de tangas ...
Pero ya había caído en su trampa taimada,y sin saber como acabó disfrutando al describir sus actuales braguitas de color negro y encajes.
Acabaron decribiéndose el uno al otro, el como hombre, tramposo por naturaleza no se fijo en las normas y dejó que la conversación fuera expandiendose como el agua en una cesta de mimbre recorriendo todos los rincones inexplorados.
Olga dejó que Slater siguiera hablándole del tono blanquecino de su piel y fantasear con todas las posibles combinaciones de su piel con los colores del arco iris, menos el amarillo se apresuró a decir, para luego echarle el jarro de agua fria y decirle que no estaba en ropa interior ni mucho menos, le gustaba hacerle padecer (era mujer), aunque ya sabía preocupada que no estaba con un hombre normal y sus sueños serian los suyos, si no ponía remedio, era un don y una maldición, al fin y al cabo se llamaba Slater y no estaba dispuesta que ese nombre decayese en su favorable percepción.
No se si los sufridos lectores sacarán la conlusión de si estuvo acertado seguir la historia de dos niks que un miércoles por la tarde coincideron en un chat.
Dos extraños no tan extraños, que tal vez nunca mas juntarian sus vidas pero compartieron un relato, que una vez desarrollado en 200 páginas, se convertiria en premio Planeta, un Best Seller de éxito titulado 'Confinados en un Chat'.
200.000 € de premio con los cuales Slater tiene un problema, aparte de que el 55 % se lo lleva crudo Hacienda, Slater quiere encontrar desesperadamente a la chica de las bragas verde oliva, para darle su parte y sentirse bien, pero solo sabe que Olga es una buena profesora que siempre resuelve los problemas de sus alumnos, tiene un plan infalible, de momento se ha disfrazado de butanero, con su nombre en el mono naranja de trabajo, va casa por casa hasta que encuentre a Olga.
Olga que paseando encontró ese libro en un centro comercial y vió su tremendo éxito, pensó que haría un esfuerzo y se compraria unas braguitas verdes y se haría llamar a partir de ahora Olga (su nombre real es Minerva)
Olga la de las bragas verdes
Desde hace algún tiempo cuando abre la puerta al butanero (y eso que tiene gas), se abre el albornoz, para que se pueda ver su tanga verde, mientras se ha corrido la voz y todos los butaneros se pelean por ir a entregarle la botella.




Se acumulan en su casa los envases naranja....

miércoles, 15 de abril de 2020

Poca gente en la calle, personas con miradas furtivas, describiendo curvas sin sentido para esquivarse mutuamente, me recuerad un Pin Ball gigante, breves saludos con los ojos, silencios lacerantes y aproximaciones imposibles, colas de personas destacando sobre el gris de las aceras, separados en círculos imaginarios, la cabeza baja, mirándo el suelo, silencio lacerante de muertos, las víctimas mortales lejos, olvidados de todos, sus cuerpos inertes aislados con silicona, no existen para los informativos orwelianos estatales, solo saltos de alegría con los recuperados, cumpleaños bailes, canciones y aplausos en los balcones, la televisión un engaño huidizo de la realidad.

Pero ya no está en ese súpermercado, ya salió, angustiado con la musculatura tensa y encogida, bien pegada a los huesos tratando de digerir ese desayuno de sensaciones nunca antes ingeridas. Las rumia y las mastica bien, ahora es rápido llegar a cualquier parte, puede oir su propia respiración bajo la mascarilla.

Ella sale a recibirlo, que suerte, se dice a si misma, qué suerte la compañía, saberse esperada, quiere decírselo, así con esas palabras, pero no puede, la necesidad de desahogo es tal que no le deja ni sonreír para darle las gracias por estar ahí, dentro de su casa salvadora, al lado de la línea segura de la vida.

Esa línea separa el dentro del fuera, es la última parte del plan, una línea en la que a él le toca jugar fuera, ella juega dentro, recibiendo todo lo desinfectado, sacando las lechugas de la bolsa en la que estaban envasadas o trayendo los botes abiertos para derramar su contenido dentro. Su terreno es el limpio, el de él es el posible contaminado, el mortal.

- ¿Había mucha cola? 

- Más de la que esperaba.

- ¿Iban todos protegidos?

- Un poco de todo, unos tapados como moros y otros totalmente relajados, sin mascarillas ni nada, yo cogí los guantes nada mas entrar.

Se saca la ropa y la deja en una caja de cartón en el descansillo antes de traspasar la puerta, pueden verlo los vecinos pero da igual, la prioridad es mantener un espacio seguro detras de la puerta de entrada, calzoncillos, calcetines aterrizan por encima y por último las deportivas que van a otra caja de plástico, como si fuera la cámara de descompresión de una nave espacial. Pasa desnudo por delante mientras ella le mira divertida mientras cierra la puerta y se acerca al baño, ya cogerán las cajas mañana para meter su contenido directamente en la lavadora.

Ella limpia las verduras con un chorro de agua caliente, los envases, plátanos y manzanas, mientras él frota su piel, mirando como le cae el agua sobre el pelo y se escurre por todo el cuerpo.



- Pues quién sabe. ¡Quién sabe nada! 

Suspira ella mientras sale de la cocina corriendo no quiere perderse el momento en el que el salga de la ducha, quiere estar ahí antes de que empiece a vestirse, le apetece verle y ver como le crece misteriosamente el mástil ajeno a la cuarentena de su dueño, mientras ella lo mira fijamente, divertida y con descaro, le pregunta a sus recuerdos por su sabor, pero tiene algo segura, de momento, beso en la boca es tabú y eso le hace padecer mas la prisión, es imposible controlarlo todo, pero por lo menos podrá tocar partes ahora ya no contaminadas, las mas ocultas ..... desde la seguridad de la línea que delimita el dentro.

Ella se queda más tranquila, dentro de la intranquilidad......

jueves, 26 de marzo de 2020

-Entré de puntillas sin hacer ruido. 
-No se como estaban las llaves de su apartamento en mi bolsillo derecho de la gabardina, ni porqué la dirección estaba escrita en mi antebrazo con tinta indeleble. 
-Dejé la maleta en la entrada. 
-Atravesé el pasillo como si me conociera la distribución de la casa de memoria y la encontré a ella, de espaldas, afanándose en la corrección de unos textos en el ordenador. 
-Me quedé un buen rato apoyado en el marco de la puerta admirándola, su espalda se movía acompasadamente mientras hablaba sola y tecleaba con rapidez. 
-Me acerqué y con la mano izquierda tapé sus ojos. 
-Fue curiosa su reacción, no dió un respingo, ni gritó, parecía que lo estuviera esperando. 
-Luego .... noté como sonreía. 
-Puse mi boca entre su cuello y su oído y siseé para que guardara silencio. 
-Metí mi mano derecha debajo de su blusa blanca y alcancé la tela de su sujetador con los dedos, recorrí brevemente aquellos pechos turgentes, siguiendo el acabado de su lencería, acaricié su piel colando dos dedos bajo la tela..... suspiró levemente. 
-A través de su cuello y el escote abierto me llegó una tibia ola de calor, procedente de su cuerpo, sus mejillas estaban encendidas y las aletas de la nariz temblaban como mis piernas ahora, ¡Dios como la quería! ...... me incliné por detrás para besarla y no pude reprimir mi curiosidad para leer lo que estaba escribiendo con tanto ahínco. 
-Di un salto hacia atrás asustado, el texto empezaba así: 

 "Entré de puntillas sin hacer ruido. No se como habían aparecido las llaves de su apartamento en mi bolsillo de la gabardina, ni porqué la dirección estaba escrita en mi antebrazo con tinta indeleble. Dejé la maleta en la entrada. Atravesé el pasillo como si me conociera la distribución de la casa de memoria y la encontré, de espaldas, afanándose en la corrección de unos textos en el ordenador. Me quedé un buen rato apoyado en el marco de la puerta admirándola, su espalda se movía acompasadamente mientras hablaba sola y tecleaba con rapidez." 

-De este modo tan cruel comprendí con horror que no existía, era un personaje producto de una mente alambicada, pero ya era un poco tarde solo pude sentir el mazazo de 2 teclas sobre mi piel como un tatuaje infernal.... 
CTRL+Z y ya no recuerdo nada más, solo que ... entré de puntillas sin hacer ruido ......


miércoles, 25 de marzo de 2020


Blooodninja: Wapa, tuve una noche dura, así que tratame bien, ¿ok? 
BritneySpears14: Ok. 
Bloodninja: Sácate los pantalones, dale. BritneySpears14: Me saco los pantalones solamente para vd, Bloodninja. 
Bloodninja: Uy si!, bien, bien. Yo me pongo mi túnica y mi sombrero de mago. 
BritneySpears14: Oh, me gusta jugar a los disfraces. Bloodninja: A mi también, tesoro. 
BritneySpears14: Te beso suavemente en el torax. Bloodninja: Yo invoco EROTISMO Lvl. 3. Te conviertes en una mujer realmente hermosa. 
BritneySpears14: Ey… 
Bloodninja: Medito para recuperar mi maná, antes de invocar a PIJA DEL INFINITO Lvl. 8. 
BritneySpears14: Es gracioso, todavía no la veo. Bloodninja: Gasto mis reservas de maná para invocar La Poderosa Cogida de la Superioridad. BritneySpears14: Este es el peor cibersexo que he tenido. Esto es ridículo. 
Bloodninja: No me jodas ****, yo soy el hechicero más poderoso de estas tierras. 
Bloodninja: Te robo el alma e invoco RELÁMPAGO Lvl. 1,000,000 Tu cuerpo explota en una fina niebla sangrienta, porque eres solamente un Druida Lvl. 2. BritneySpears14: No me escribas nunca más, gilipollas. 
Bloodninja: Los Robots intentan perforar mi cerebro, pero mi escudo del rayo los rechaza e infringe Daño sobre Ataque, dejando a los Robots como llameantes pilas de metal. 
Bloodninja: El Rey Arturo me felicita por destruir al ejército maligno de Robots de las Repúblicas Socialistas del Dr. Robotnik’s. La guerra fría termina. Trump me roba el crédito, y hace creer que todo es por su causa. 
Bloodninja: ¿Sigues ahí preciosa?, creo que me estoy poniendo duro. 
Bloodninja: ¿Preciosaaaa? 
---oooOooo---

Bloodninja:: Bueno wapa, nos tenemos que apurar, no sé cuanto tiempo puedo aguantar, estoy preparado para vos. 
j_gurli3: Está bien. Bueno, yo soy una colegiala japonesa, ¿tu qué eres? 
Bloodninja:: Un Rinoceronte. Al menos así me siento. j_gurli3: Jaja, bueno empecemos. 
j_gurli3: Te acaricio el pelo, mientras te beso en el cuello. 
Bloodninja::Golpeo el suelo, y rebuzno para avisarte que estás entrando en mi territorio de apareamiento. j_gurli3: Jaja, ¿sabes que esto me está calentando? j_gurli3: Empiezo a desabrocharte la camisa. Bloodninja:: Los Rinocerontes no usan camisa. j_gurli3: No, realmente no eres un Rinoceronte, es parte del juego. 
Bloodninja:: Los Rinocerontes no juegan. Ellos directamente te rompen el orto. 
j_gurli3: Basta, ya fue, ahora en serio. 
Bloodninja:: No hay nada más serio que un Rinoceronte a punto de romperte el orto. Bloodninja:: Piso fuerte, el polvo se arremolina alrededor de mis pies recubiertos de cuero duro. j_gurli3: Vale, basta. 
Bloodninja:: Las ventanas nasales aletean, bajo la cabeza. Mi cuerno, como un fálico símbolo de mi poderosa virilidad, es lo último que ves antes de que nuestros cráneos choquen, aunque solo el mío es el victorioso. Te conviertes en una roja muñeca de trapo suspendida en el aire sobre mi poderoso cuerno. Bloodninja:: Joder, que caliente estoy ahora. 
---oooOooo---


BritneySpears14: Vale, ¿estás listo? 
eminemBNJA: Sí, estoy listo. 
BritneySpears14: Me gusta tu música Em, jajaja. eminemBNJA: Jaja, sí, la escribo para las mujeres. BritneySpears14: Mmm, a nosotras nos gusta mucho, dejame que te muestre. 
BritneySpears14: Te saco los pantalones lentamente, y te masajeo los músculos, mmm están duros. eminemBNJA: Eso me gusta mucho. Yo me pongo mi túnica y mi sombrero de mago. 
BritneySpears14: ¡¿Pero qué coño?! Te dije que no me escribieras. 
eminemBNJA: Que cagada 
BritneySpears14: Te juro que si me vuelves a escribir te voy a denunciar, voy a dar tu IP a la policía y voy a decir que me estás mandando cosas de pedofilia, pedazo de gilipollas. 
eminemBNJA: Que cagada. 
eminemBNJA: Mierda, voy a tener que apuntarles los nombres o algo...
---oooOooo---  

Mariozord: Hola... 
Lau: Hola, ¿quien eres? 
Mariozord: Maaaariozzzord y ¿tú? 
Lau: Laura, pero como verás me dicen Lau. 
Lau: ¿Cómo conseguiste mi skipe? 
Mariozord: en www.badoo.com, ví tu foto y te agregué para que fantaseasemos juntos. 
Lau: Jajaja, ¿te gusta fantasear con el sexo? Mariozord: No sé, es la primera vez que entro ahí, nunca lo hice... 
Lau: Ok, yo te explico como funciona. 
Lau: A ver... create un personaje, y yo otro, ¿ok? Mariozord: Listo, soy un bebé... 
Lau: Un bebé, mmmm, bueno, entonces yo soy tu mamá..¿listo? 
Mariozord: Listo, empiezas y te voy siguiendo, así poco a poco voy cogiendole el rollo. 
Lau: Ok, a ver, ¿mi bebito lindo quiere teta? Mariozord: gugudada baaaabaaaaa guuuudududaaaaameeee bubuuuu 
Lau: Jajaja, ¿y quiere teta el bebito hermoso? Mariozord: daduudaaaa guuumabaaaa dadaaaaa buuuuumiiiidiidaaaaa 
Lau: ? 
Mariozord: dagadaaaa duuuuuboooomamaaaaaa gugudadaaaaaaaaaa 
Lau: Bueno, pero puedes hablar también... Mariozord: nooo pod que loz dedez no hablam... 
Lau: Bueno, pero es que si no hablas no tiene gracia, cambiemos personajes... 
Lau: Elige otro, asi que vamos de nuevo... 
Mariozord: Ok, soy un ciego... 
Lau: Bueno, entonces yo seré tu esclava, ¿ok? Mariozord: loaihdlIUHWLqindljansliuxo QNLIUBDWNiubdliub5483741 
Lau: ¿Señor qué le sirvo para la cena? 
Mariozord: aliouashlsiuhaliushliahusli husliuhasliuhaoia;oaoisn oiss e4f384wea3984f94awe394f3a4w88ef  
Lau: ¿Eh? ¿Pero que coño haces? 
Mariozord: Soy ciego... 
Lau: ¿Y? 
Mariozord: Que los ciegos no podemos escribir... 
Lau: Dios... 
Lau: Ya me estoy molestando, eres bastante idiota... Mariozord: No, plis, no, otra oportunidad... Mariozord: Vamos de nuevo con lo del bebé y esta vez lo hago bien... 
Lau: Mmm, bueno una vez más... 
Lau: Empiezo yo, ¿Cómo anda mi bebito lindo? Mariozord: Meeeem mamá 
Lau: ¿Quiere mema el bebé? 
Mariozord: ziiiiii mami 
Lau: ¿Se hizo popito el bebé? 
Mariozord: Ziiii mami 
Lau: ¿Quiere que lo cambie el bebitoo? 
Mariozord: Nooooo mami. 
Lau: ¿Cómo es que no quieres que te cambie? Mariozord: No mami, no quiero... 
Lau: Bueno ya, dejame que te cambie... 
Mariozord: ¡Te he dicho que NO! 
Lau: ¿Por? Mariozord: Porque se siente el culo calentito con la caquita... 
Lau: Pero que asqueroso eres... yo contigo no chateo más... 
Mariozord: Va, no seas tan exigente, esperame 5 minutos que voy al baño a lavarme el culo y probamos de nuevo... 
Lau: Eres repugnante, ¡adios! 
Mariozord: Bue… tau mama mezoz ^^ 
“Lau puede ser que no responda ya que su estado es offline” 
Mariozord: La **** madre, me quedé huérfano.
---oooOooo--- 

Mariozord: Buenas... 
Anita 90-60-90: Hola, ¿Qué tal? 
Mariozord: Bien bien, te agregué de la página de contactos... 
Anita 90-60-90: Está bien, para eso puse mi e-mail... Mariozord: Oye, pero antes te hago una pregunta, estoy intrigado ¿Cómo es Papá Noel? 
Anita 90-60-90: ¡¿Papá Noel?! 
Anita 90-60-90: ¿Qué tengo que ver yo con Papá Noel? 
Mariozord: ¿No vives con allá en el Polo Norte? 
Anita 90-60-90: ¿? Yo no vivo en el Polo Norte... Mariozord: Entonces tienes mal tus coordenadas mujer, que tonta... 
Anita 90-60-90: ¿¿¿Mis queeé??? 
Mariozord: Tus coordenadas, 90-60-90 según el Google Earth vives en el Polo Norte... 
Anita 90-60-90: Jajaja, estúpido no son coordenadas, son mis medidas.
Mariozord: ¿Medidas de qué? ¿Eres una enana? ¡¡ Ya lo creo que conoces a Papa Noel !! ¡Mentirosa! ¡¡¡ERES UNA DE SUS ENANAS!!! 
Anita 90-60-90: Noooo, no, que tonto, mis medidas de pechos, cintura y culo... 
Mariozord: Aaaaaaa ¿y en qué unidades se miden? 
Anita 90-60-90: En centímetros... 
Mariozord: Uuuah mujer, te deben doler las tetas.
Anita 90-60-90: No, no estoy indispuesta todavía. 
Mariozord: No lo digo por eso, me imagino que con 90 centímetros de teta te las debes destrozar a golpes contra las rodillas cuando vas caminando... 
Anita 90-60-90: Jajaja, eres muy gracioso, pero espero que no lo digas en serio... 
Mariozord: Naaaa era un chiste, volvamos a lo del sexo virtual... 
Anita 90-60-90: ok, dale, ¿Qué personaje quieres ser? 
Mariozord: ¡BATMAN! ¡Wiiiiiii siempre quise ser como él! 
Anita 90-60-90: Ahh que bien, buenísimo, entonces yo soy Catwoman. 
Mariozord: Naaa, Catwoman no, ¡mejor eres ROBIN! Anita 90-60-90: ¿Robin? Pero es hombre y yo soy mujer... 
Mariozord: Vale, ¿qué tiene que ver? es una fantasía solamente... 
Anita 90-60-90: Bueno, vale, no importa no quiero discutir .... ¡BATMAN! ¡Desnúdate! ¡Déjame ver ese murciélago! 
Mariozord: A la orden archicompañero! ¡Vamos al batmovil! 
Anita 90-60-90: Santos recórcholis Batman, ¡qué pedazo de pito! 
Mariozord: Y no sabés como vas a gritar **** de mierda cuando te rompa la baticueva! 
Anita 90-60-90: ... Mira Mariozord, esto no me excita, no quiero ser hombre, prefiero ser mujer... 
Anita 90-60-90: Voy a ser... mmmm... ¡Scarlett Johanson! 
Mariozord: Bueniiiísimo, entonces ¡soy Cuki! 
Anita 90-60-90: ¿¿¿Quien??? 
Mariozord: ¡Cuki!, el pekines que se le acabó muriendo. 
Anita 90-60-90: Mira casi que lo dejamos, eres un estúpido, mejor vete al Portal de las Mascotas a buscar novia. 
“Anita puede que no responda, su estado es offline” Mariozord: Santos recórcholis Batman, te han dejado solo de nuevo.

lunes, 10 de febrero de 2020


Una mirada que me descentró. 



Estaba nadando, en aquel remanso de paz, rincón perdido en medio de la nada, mi ropa cuidadosamente doblada entre unos matorrales, a través del agua no del todo transparente se podía entreveer mi desnudez total, cristalina y fresca, un alivio para contrarrestar el efecto de los rayos de sol sobre la piel en un día totalmente dedicado a la fotografía, la sensación era muy agradable....



Miré distraído buscando encuadres, hacia la orilla de aquel remanso de paz, provocado por las curvas caprichosas del rio acariciando el valle, una pequeña balsa natural aislada entre árboles y hojas, quería capturar alguna imagen de aquel lugar idílico, rodeado de árboles centenarios de una altura tal que se perdían en el cielo entre las ramas, provocando un ambiente lleno de sombras en medio del silencio roto por los silbidos de aves parlanchinas, el reflejo de la luz brillaba como cuchillos afilados a través de las hojas danzantes, semicerraba los ojos, desfigurando un tanto la escena y fantaseando, pero no se porque me sentía observado.....





Siempre me han fascinado las luces y las sombras pero los centelleos marinos me hipnotizan, esos brillos se mezclaron con su imagen de ninfa salvaje, creando una fuerza de ultramundo como un telón que anuncia una obra excelente....en esos momentos presagias, que lo que viene, va a ser sorprendente.






Desnuda y en cuclillas



Vi su tatuaje enorme sobre el lienzo de la espalda, encima de una tarima formada por un tronco cortado, desnuda, en cuclillas, con la vista pérdida, de repente surgiendo en medio de la presión del silencio se produjo el milagro, un momento de catarsis de unión con lo sobrenatural. 

La belleza de un instante fugaz que nunca volverá pero será sustituido por otro. Hasta las motas de polvo, suspendidas en el aire, como espejos vibrantes devolviendo la amplitud de los rayos, como las luces de los focos de un escenario, absorven mi atención, quisiera tener el poder de retener está visión, quizás es una alucinación provocada por el cansancio, de modo que seguí mirándola entre curioso y desafiante esperando que se desvaneciese. La rodee lentamente para poder admirar de frente toda su belleza, acoplada como un camaleón multicolor en aquel bosque lleno de tonos y matices luminosos, acompañados de sonidos que surgen de mil puntos.




-Ahora ya conoces mi rincón especial. 
-Vaya, eso mismo iba a decirte yo, pensaba que era solo mio, bañarme rodeado de esta soledad, de este silencio, mirar las formas de las nubes, perderme con las ondulaciones de las hojas por el viento... 


-Pues tendrás que compartirlo. Se tiró al agua y nadó suavemente hasta donde me encontraba, se movía agilmente y se acercó sin salpicar, ahora en su cara se dibujaba el inicio de una sonrisa, una mueca graciosa que abría un portal hacia sus profundidades.-¿Te podría pedir algo? -Depende.-Es mi cumpleaños y tu representas la única relación con los humanos al que tengo acceso en mucho tiempo y no se cuando te adentrarás en el bosque del cual tengo prohibido salir, quizás nunca se repita. Quiero que me beses ....



Me quedé atónito, mientras me hablaba, había depositado una mano, que resbalaba mojada por mi antebrazo, más bien parecía una caricia. Sentí un estremecimiento seguido de un escalofrio. La besé suavemente en los labios, noté todo el sabor dulce del agua del remanso, percibí todos los aromas de las frutas del bosque juntas y el sabor y la delicadeza de su lengua, otra vez los tintineos brillantes sobre el agua y las motas de polvo brillantes, parecieron unirse en aquel beso delicioso, me parecía estar rodeado de luces y diamantes.......












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